Película de terror y ciencia ficción, orquestada por la productora Full Moon (Puppet Máster, Demonic Toys), especialista es películas muy de serie B. El film que nos ocupa está firmado por un habitual de la productora, responsable de títulos como La Venganza de los Muñecos 3 (1991), y que cuenta con un reparto con nombres como Ashlyn Gere (Willard, 2003), o Linnea Quigley (La Noche de los Demonios, 1988).

Un grupo de supervivientes intenta evitar las batallas de la Tercera Guerra Mundial. Se guarecen en un laboratorio escondido en el subsuelo, pero quedarán atrapados por un alud de ácido. Pronto se darán cuenta que no están solos, un horrible ser mutado con ansia de sangre les persigue.(FilmAffinity)

La película reúne todo lo que se puede esperar de una producción de Full Moon, con unas localizaciones que se reducen a poco más que una nave industrial, y un guión que rezuma caspa y cutrez, y que tiene como único fin entretener sin pretensión alguna. Los efectos prácticos son de batalla y se les ve las costuras, especialmente la criatura antagonista, pero aguantan el tipo, y las actuaciones son bastante malas, aunque unos papeles plagados de estereotipos a cada cual más básico, y que se preocupa mucho más en los desnudos gratuitos que en introducir la más mínima profundidad en el personaje, no exigen mucho más. La gran ventaja de la película es su buen ritmo, que sumado a su desvergonzado tono junto un metraje de poco más de una hora hacen que la película pase volando.

Como viene siendo de costumbre en el cine de la Full Moon, Creepozoides es una propuesta cutre en todos los aspectos, aún así, si uno sabe lo que va a ver, encontrará en esta copia barata de Alien, el Octavo Pasajero (Ridley Scott, 1979), un placer culpable.

Nota personal 5/10