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Voto de GUSTAVO:
8
Drama. Comedia Johnny Marco (Stephen Dorff) es un actor de gran éxito cuya vida de excesos y lujo cambia por completo cuando, sin previo aviso, se presenta su hija de once años (Elle Fanning), fruto de un matrimonio fracasado. Johnny es una estrella de cine que vive en un lujoso hotel de Hollywood, conduce un ferrari y sale con bellas mujeres sin comprometerse con ninguna. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2011
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sofia Coppola hace gala de su sensibilidad y su extrema paciencia para comunicarnos, por medio de su estética cinematográfica, las verdades, que comprobó en carne propia, sobre el mundillo del cine y que por extensión y analogía, correctamente aplicados, se convierten en universales. Al respecto, no le importa mucho a la directora la historia misma porque suele no llevar a la pantalla estrictamente un guión terminado sino que lo va escribiendo a medida que hace el rodaje de las escenas sobre los temas que tiene en mente. Y éstos, como sabemos, ya son muy conocidos: la fama, la soledad, la incomunicación, el vacío espiritual presentados, esta vez, a través de una atmósfera, a la larga, perniciosa, que está llena de comodidad material, sensualidad, glamour, actos mecánicos, repetitivos, sosos, poco inspirados, en medio de una vida totalmente programada que da literalmente vueltas en círculo, para lo cual las escenas del coche deportivo son fundamentales, pero hueca de contenido que nos sugiere estar delante de una figurita, un molde y no de una persona como se ve en la escena notable del proceso de maquillaje. Eso es Johnny Marco (Stephen Dorff), el actor de Hollywood que vive en un hotel exclusivo para la industria mientras trabaja en alguna película de acción. Y cuya visión de la vida seguirá siendo un carrusel de frivolidades incluso después de que su hija menor de edad, huérfana de atención por parte de sus divorciados padres, se quede a vivir con él temporalmente.
Coppola entrega una propuesta hasta cierto punto subversiva, ya que se cuida de no meter en el mismo saco a los actores de carrera, y más radical que la presentada en sus anteriores trabajos pero que está hecha, en parte, de retazos de los mismos. Eso no tendría nada de malo si no fuera por el reparo que hago sobre el segmento del viaje a Italia que no lo veo con mucha simpatía, no porque sea repetido de “Lost in traslation” sino por lo caricaturesco y didáctico en exceso que es antes que irónico. Igual opino sobre la escena de la conferencia de prensa en los ambientes del hotel californiano. Pero fuera de estas concesiones un tanto burdas y comerciales del guión, no encuentro ningún obstáculo que me impida decir que este es un filme logrado, muy en línea de la directora que siendo tan joven, ha encontrado un estilo reconocible que, como en “Somewhere”, intima y a la vez toma distancia, puede ser elegante y también rudo, registra diálogos sencillos pero inteligentes, exige del actor principal situarse dentro y fuera del papel que representa y sorprende a veces con tomas estupendas como la mayoría donde entra en acción el coche ¿fantástico? , ese personaje motorizado que encapsula y confronta los sentimientos y que nos recuerda que la vida tiene que ver mucho con la geometría, puedes vivir permanentemente en círculo o en algún momento tomar definitivamente la línea recta. Y esto sí que es una innovación en el cine de Coppola.
GUSTAVO
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