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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de PepePalermo:
8
Drama Tragedia que depende de la incomprensión, de la incultura, de la injusticia y de la ingratitud, magnificadas en un hombre para el que su bandera era la ciencia y de su aplicación dependía el bien de la Humanidad. Está estructurada en tres partes marcadas por acontecimientos relacionados con los estudios de Pasteur en el campo de la Microbiología y las enfermedades infecciosas: teoría microbiana de la enfermedad, mantenida a lo largo de ... [+]
17 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es entretenimiento, la vida personal es un entretenimiento entre dos nadas y en ella algo hacemos. Algunos cultivan la tierra, otros producen maquinarias, todos o casi todos hacemos el amor y la especie humana continúa.

¿Progresa la humanidad? Esta película pareciera mostrar que sí. Los humanos tienen la posibilidad de conocer al mundo al actuar en él y tener conciencia de ello.

Prejuicios, juicios, racionalidad, sentimientos, ciencia y creencias son un espeso follaje en el que con luces y sombras se matiza la existencia humana. Esta película pareciera aludir a ello.

Recién la veo y tiene tantísimos años, me alegro por mí, pero cuántos no parecen haberla visto, mi deseo sería invitarlos a verla, enseña tanto, permite pensar sobre tantas cosas, quizás cada uno de los que la vean pueda hacer su propio repertorio, yo expongo el mío.

Es una historia de amor, bellamente contada, en blanco y negro, sin la fortuna o el riesgo de los colores pero con la hondura dramática que la buena dirección supo darle.

Debiera ser proyectada en los colegios, en los lugares de formación de las personas para la vida. Debieran los profesores, a ellos mismos primero, preguntar sobre el conocimiento científico, sobre la persistencia de los paradigmas establecidos, sobre la posibilidad de estar preparado para la novedad, la novedad que otro trae, o la propia novedad a la que uno no debe negarse y atender.

La ciencia no es nada acabado, es terreno de contundencias y a la vez precarias respuestas, según cuente lo inmediato o atendamos a la continuidad cambiante del conocimiento frente a la praxis.

Entre las manos que se lavaba Pilatos y las manos que se negaban a lavar los médicos se abren las posibles respuestas humanas, nada de lo que pasa deja de poder ser significado y mejorado según el criterio humano, es necesario saber donde pisar y también arriesgarse a las baldosas flojas si se quiere seguir caminando.

Pasteur no era médico pero se permitía pensar lo que ocurría y no simplemente repetir lo aprendido.

Pasteur sabía que en la realidad objetiva, es donde reside la posibilidad de aumentar lo conocido. No repetía o se respondía con lo sabido y por el contrario atendía a lo que ocurría. Los médicos, técnicos repetidores de la tradición no pensaban al actuar. Actuaban y lamentaban los resultados pero no se inquietaban, debiendo proceder como científicos se consolaban como religiosos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PepePalermo
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