Zemeckis se ve envuelto en un film en el que no ha podido brillar. Las sendas de un guión clásico, cercano a la tv-movie, lo trasladan desde un inicio enérgico y brillante a un desarrollo plomizo y conclusión honrada pero falsa, semisonrojante.

¿Qué les pasa en Hollywood? Están de un raro-carca de muy señor mío con unos panfletos laaaaargos que a la postre no cuentan naaaaaada del otro mundo. Nada que no hayamos visto desarrollado otras muchas veces con mucho más acierto. Todo el mundo en esta producción tiene talento de sobras y oficio como para haber hecho una gran película. Y se queda a medio camino de todo. Apunta cosas, intenciones, pero no, no se acaban de atrever los señores productores. Lo crean o no, así se mata al cine poco a poco. Las grandes películas de la historia del cine han abordado temáticas difíciles con resoluciones valientes y transgresoras, nada cómodas.

Esto aquí no pasa: todo es muy correcto, muy aséptico, muy anti-cine. Lo siento por el curro de los primeros y poderosos 30 minutos, pero de eso no vive una historia.