Excelente film del genio de Brooklynn, al estilo de Delitos y faltas, pero con un nuevo enfoque muy interesante. El guión es excelente y la dirección y las interpretaciones son memorables. Diálogos impagables, excelente puesta en escena, tensión y emociones humanas al límite. El film va de menos a más, alcanzando un clímax sobrecogedor. Sin lugar a dudas estamos ante una obra maestra, que como de costumbre pasará inadvertida para los críticos de la Academia (injustamente). Pocos directores hoy día son capaces de elaborar una película de esta magnitud, tan perfecta y brillante. Es de esas pelis en las que disfrutas a cada minuto, saboreas la esencia del Séptimo Arte fotograma a fotograma. Desde el principio ya sientes, por alguna suerte de intuición, que se trata de cine con mayúsculas. De nuevo Woody Allen demuestra por qué es uno de los grandes de la Historia del Cine. Y que dure.