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Voto de Zaldivar Jr:
9
Drama Fred Ballinger (Michael Caine), un gran director de orquesta, pasa unas vacaciones en un hotel de los Alpes con su hija Lena y su amigo Mick, un director de cine al que le cuesta acabar su última película. Fred hace tiempo que ha renunciado a su carrera musical, pero hay alguien que quiere que vuelva a trabajar; desde Londres llega un emisario de la reina Isabel, que debe convencerlo para dirigir un concierto en el Palacio de ... [+]
15 de noviembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un ferviente admirador de Sorrentino. No solo soy un entusiasta de las napolitanas de chocolate, sino también del director napolitano. Su forma de ver la vida, las experiencias de esta y la importancia de las emociones lo hacen uno de los autores más importantes de este siglo XXI, no sólo del cine, sino del cine en general. Su manera de plasmar el mundo a la par bello y decadente roza una lírica que baila al culto a la vida grecorromana.

A través de uno de sus dandis en el cine, ahora encarnado por Michael Caine, no por Toni Servilio como suele hacer, plasma su angustia común bergmaniana de entender la vida, su sentido y el de la vejez. Lo que nos marca y por qué nos marca, la memoria, el arte y todo lo que hacen tanto bien como mal por nosotros en la vida. Cómo somos gracias a quien y gracias a quien no. Apoyado por un encantador Harvey Keitel, acompaña la visión de los últimos retazos artísticos de belleza que nos da la vida.

La película es incluso un culto a la vejez, gracias al personaje de Paul Dano, siempre excelente Dano, y la maravillosa Rachel Weisz. Son los puntos de control donde Sorrentino nos coloca, mirando a la vejez, como nos guía y ayuda a trazarnos las sendas del camino.

Cabe destacar, como buen napolitano, la presencia de Maradona. La figura de "El Diego", como visión de la gloria de la vida, esa figura máxima de la vida, que todos aspiran a llegar a ese estatus de semidiós, que todos miran con unos ojos jenuflexionados ante su presencia. La figura del mito de la cima de la vida, en ese mismo lugar donde todos quieren saber que hacer. Aunque la gloria ansía volver a ser joven, el de antes, el que sobre el verde con un balón disfrutaba ser todo lo que quería ser. Volver a ser ese hombre que le dio un Scudetto a Nápoles o un Mundial a Argentina. Las glorias quieren volver a ser lo que eran antes de serlo.

Obra hermosa y compleja, es música clásica encuadrada, es un final mudo en un lecho de muerte. Es un testamento con mucha experiencia de un aún sorprendentemente joven Paolo Sorrentino.
Zaldivar Jr
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