Sorprendentemente a lo que pueda pensarse inicialmente esta entrega no sigue en la totalidad la línea marcada por las anteriores. Aportando un toque melancólico-nostálgico (y a veces hasta triste) que hace reflexionar al espectador.
Nos encontramos pues, ante los clásicos personajes, pero ya evolucionados con el tiempo, lo cual es un excelente acierto de sus creadores. Ya que rememora tiempos pasados, para los jóvenes que disfrutaron viendo las películas originales en aquella época y que siguen fieles a la saga. Eso sí, sin olvidar la dosis adecuada de nuevas aventuras, por supuesto.
En definitiva, que vuelve la pandilla, los de siempre. Iguales, pero cambiados, dispuestos a hacer reír al espectador, y a reencontrarle con aquella época, y con aquella película que marcó un mito en la historia del cine adolescente.
Nota: es imprescindible quedarse hasta el final de los créditos, para ver el extra y para volver a ver las fotos de la juventud de los personajes (de nuevo, recalco, un gran acierto del creador).