Calida y embriagadora visión de Paris por parte de Woody Allen, que nos hace viajar por sus famosos lugares a través de remotos callejones, hasta transportarnos en el tiempo al corazón de una ciudad donde la poesía, el arte, la música, el cine y la literatura laten con fuerza.
El escenario es idílico, pero el tratamiento fotográfico de la imagen de las fachadas de Paris, junto con la banda sonora que nos transporta a través de sus calles, hacen que se convierta en un cuadro en movimiento.
La trama nos recordará que una parte de la mente del ser humano recuerda con anhelo otras épocas anteriores, en las que cualquier tiempo anterior fue mejor, porque el presente es imperfecto y el futuro incierto. Nos traslada en el tiempo con el protagonista a la época dorada de París, donde grandes ilustres del arte, la literatura y el cine encontraban la inspiración para llevar a cabo sus obras. Un viaje lleno de imaginación y un homenaje a los grandes de la literatura, el cine y la música, que pertenecieron a una época dorada, en la que también se pensaba que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Un cuadro que invita a vivir el presente con intensidad, teniendo ilusión en el futuro y siendo consciente de que el pasado formará siempre parte del presente.