Excepto en que los reunidos no van muriendo como en la novela de Agatha Christie. Porque, en lo demás, "Un cadáver a los postres" junta a los mejores cinco detectives del mundo en una mansión llena de misterio: El matrimonio Charleston (donde el marido, David Niven, es teóricamente el más sagaz, aunque su mujer, Maggie Smith, se le adelante a veces), el inspector Sydney Wang (Peter Sellers, con un personaje a lo Charlie Chan algo "cargante" en ocasiones, pero gracioso por sus refranes orientales), el duro investigador privado Sam Diamond (Peter Falk, o sea, Colombo, en un papel tipo Humphrey Bogart), el francés Perrier (James Coco) y la señorita inglesa Marbles (Elsa Lanchester, e imitación junto con el anterior de los detectives más famosos nacidos de la pluma de Agatha Christie).
Cada uno de los sabuesos va acompañado de secundarios magníficos (la enfermera de Marbles, Estelle Winwood, tiene unos "puntazos" increíbles), así como es buenísimo el tandem entre el mayordomo ciego James Benson Señora (Alec Guinness) y la cocinera sordomuda (Nancy Walker). Además, como curiosidad, en esta película podemos ver como actor al escritor Truman Capote y a un James Cromwell jovencísimo.
Y lo mejor de todo: Pese a ser una parodia, te acabará sorprendiendo el final, propio de un clásico del género.