Media votos
4,9
Votos
21
Críticas
15
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Martina Toms:
5
6,1
2 442
Drama. Romance
Inglaterra, 1962. Florence y Edward, tienen poco más de 20 años. Ella de clase media alta, él de clase baja. Inocentes, vírgenes y enamorados cuando aún no se había publicado el primer LP de los Beatles y “El amante de Lady Chatterley” estaba prohibido, se casan y van a pasar su primera noche de bodas a un hotel, junto a la famosa Chesil Beach. Lo que sucede esa noche, entre sus palabras y sus silencios, cambiará sus vidas para siempre.
9 de agosto de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Más allá del preciosismo de la puesta en escena (heredera del preciosismo estilístico de McEwan), la película tiene el mismo problema que la novela. Una novela que empieza queriendo hablar del impacto que comporta el paso del cortejo social al acto sexual en épocas de oscurantismo y cómo afecta a la relación de pareja (algo que habitualmente se usaba en la narrativa para demonizar a la mujer, como en “Stoner”) pasa, a partir de su segundo capitulo, a ser el mucho más predecible y cansino relato de un enamoramiento entre miembros de clases sociales distintas, marcado además por un evidente clasismo: ella, de clase alta, es espiritual y sensible; él, de clase baja, es más bien burdo e impulsivo… algo paleto, vamos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Un clasismo que afecta al desenlace la historia, pues la falta de sensibilidad del obrero paleto le lleva a no entender el rechazo al sexo de su esposa, perdiendo así una supuesta relación llena de grandeza espiritual para toda la vida (sexualmente frustrante, pero rica en armonía kármica). En fin, en el siglo XIX se escribían cosas mucho más avanzadas que este folletín con pretensiones. La pelicula le inventa a la exquisita niña de clase alta un hijo posterior que complementa el éxito profesional que como intérprete de música clásica le regalaba la novela, mientras el obrero paleto, como en en libro, penará su falta de sensibilidad con soledad y amargura. En fin, el clasismo como excelencia espiritual.