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España España · Málaga
Voto de Lukas:
7
Intriga. Drama En un pequeño pueblo de provincias, cercano a la capital, vive una familia compuesta por tres hermanos: la dominante y severa Ignacia y los tímidos y retraídos Paquita y Venancio. La monotonía de la vida del pueblo sólo se rompe los sábados cuando llega un conjunto musical de Madrid para amenizar con sus canciones el fin de semana. Un sábado de tormenta, Paquita y Venancio, que son muy miedosos, oyen ruidos y van buscando protección a ... [+]
31 de enero de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque parezca mentira, nunca había visto esta película, por lo que tenía ganas ya de hincarle el diente. Y, curiosamente, la daban en dos sitios diferentes: el canal Cine Español por M+, y en MUBI (le queda 1 día). Así que, al final la puse por Movistar, y la verdad es que mereció la pena. Estamos ante una cinta extraña, de las más raras que ha dado el cine español, la verdad. No es una obra maestra, como cacarean muchos, pero está muy bien. Es para verla dos veces (la primera, para disfrutarla, y la segunda para atar algunos cabos que quedan sueltos en el primer visionado). Es una curiosa mezcla de costumbrismo social, suspense y hasta cine de terror, con toques de comedia. Lo mejor, la fluidez que consigue su director, el gran Fernán-Gómez. Pasa de un género a otro, a veces en una misma secuencia, y esa fluidez hace que le perdonemos algunos errores estructurales, sí, y sobre todo, ese despropósito en cierta parte, que ya todos sabrán cuando la vean. En la parte interpretativa, es de diez; y en la parte técnica, también es muy buena. Lo tiene todo para ser una obra maestra, pero no lo es. Pero no importa, porque llevo tortas, que diría el otro…

La película está basada en un argumento de Berlanga, sobre un crimen de los años 60, que ocurrió al parecer en Mazarrón, Murcia. Que las mejores pelis españolas estén inspiradas en crímenes reales, dice mucho de nuestro país, también. La fotografía es de José Fernández Aguayo, y bucea en el repertorio expresionista, con toques también de la reciente Psicosis de Hitchcock, cuando retrata el caserón de los Vidal (esos pasillos, esas escaleras, ese pajarraco disecado…). Por momentos, pareciera que estamos en una peli neorrealista italiana, como esa charla entre Fernando (excelente Carlos Larrañaga) y Beatriz (maravillosa Lina Canalejas, para mí la mejor del conjunto). Y qué decir de las secuencias que transcurren en el Centro Recreativo, o las tomas de la plaza del pueblaco… La música, por otra parte, es obra del gran Cristóbal Halffter, que pone un poco de distorsión y misterio en este entramado surrealista. El montaje, de Rosa Delgado, es muy eficaz, como se demuestra en la última parte. Y, por encima de todo, un reparto sensacional, en donde destacan los tres habitantes del caserón, Venancio (Jesus Franco, el futuro director), Paquita (Rafaela Aparicio, grande) e Ignacia (Tota Alba); Fernando, el galán que canta en la banda (Carlos Larrañaga, también un gran papel); su novia Beatriz López; la dueña de la mercería Doña Teresa (María Luisa Ponte, genial); y la pizpireta Angelines (gran Sara Lezana). ¡Y esos viejos del pueblo, qué caras!

La película conoció la censura y estuvo años guardada en un desván, al parecer. Como bien dijo García Dueñas, historiador de cine, en una conferencia en 2009, la película es grande justo por esta combinación de original argumento, por un lado, y la carpintería del guión, por otro lado, que mantiene el interés del espectador hasta el final. Si a esto se le suma una puesta en escena magnífica y un grandioso reparto, entonces el resultado total es el de una joya de nuestro cine. La verdad es que es así, y que FFG dio en el clavo, sobre la peculiaridad de nuestro cine, las historias que importan, y sobre todo, cómo llevarlas a la gran pantalla. Por decirlo así, están todos los que tienen que estar, y lo hacen estupendamente. Uno se ríe, por momentos, y en otros, hasta pilla algún repullo. La historia de amor es creíble, el asco que nos produce esa familia de riquillos es creíble, y el tedio de los vejetes es no menos creíble. Cómo no va a tener uno ganas de irse del pueblaco, para no volver. Es un lugar en donde la monotonía te aplasta, te deja sin vida. Lo malo es que así estaba toda España, en aquellos venturosos años…
Lukas
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