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España España · Madrid
Voto de Mark38:
7
Drama Tres jóvenes israelíes comparten apartamento en un barrio hippie de Tel-Aviv. Lulu es dependienta en una pequeña tienda; Yali es el encargado de un café de moda y Noam pasa sus fines de semana sirviendo en puntos de control de la Guardia Nacional. Los tres amigos tratan de vivir al margen de conflictos sociales y políticos, a menudo son acusados, por ello, de vivir en una burbuja. Todo se complica cuando Noam se enamora de Ashraf, un joven palestino. (FILMAFFINITY) [+]
15 de enero de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Bubble, de alguna forma, me ha hecho llegar a comprender un poco más el problema palestino, identificándome con los protagonistas, ya sea el ciudadano israelí como el "mucho menos ciudadano" palestino.
En sus films, Eytan Fox trata de contarnos la realidad colectiva del conflicto judeo-palestino a través de la historia personal de un haz de personajes cualquiera a los que une un rasgo común: las afinidades sexuales, homo o heterosexuales. Es por eso que la pasión y la humanidad, en sus películas, tienen el final amargo que la situación de enfrentamiento entre estos dos pueblos viene dramatizando.
Como en sus anteriores trabajos, Fox trata de los miedos, los escollos y dificultades, la ocultación de la identidad y el rechazo en todos los ámbitos que, por el único y simple hecho de tener una tendencia natural distinta a la mayoría, padecen los homosexuales aún en la mayor parte del mundo. En los países democráticos, porque el reconocimiento de unos derechos no están yendo acompañados de la necesaria pedagogía y las actitudes y comportamientos homófobos alcanzan a las más altas instituciones, como ha ocurrido recientemente en España con la publicación de un libro controvertido. El desprecio manifiesto de gran parte de la sociedad, la política, la religión, la justicia y los medios de comunicación llega a ser tan doloroso que se hace insoportable, intolerable. El gay "civilizado" tiene aún miedo en las democracias que presumen de libertad, igualdad, solidaridad y fraternidad humanista. Y ese miedo le ahoga e impide hacer "outing", y cuando finalmente decide hacerlo ha de enfrentarse a contínuas chanzas, críticas, comentarios descalificatorios, insultos y... discriminación.
Habrá que repetir hasta la saciedad que los gays nacen con idéntico impulso sexual y fuerza vital que los demás; simplemente, esa atracción la ejercen otros de su mismo sexo: Así de sencillo. ¿Han de castrar su imaginación, su voluntad, sus pensamientos y su vida sexual sólo por eso?
Mark38
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