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España España · Barcelona
Voto de Rebeca:
8
Comedia A pesar de tenerlo todo, J. (Sbaraglia) está bajo los efectos de una gran depresión. En cambio, E. (Fernández), que no posee más que un gato, vive apaciblemente a pesar de haber tenido que volver a casa de su madre. S. (Cámara) intenta volver con su mujer (Segura) dos años después de su ruptura. G. (Darín) recurre a los ansiolíticos para intentar comprender por qué su mujer tiene una aventura. P. (Noriega) pretende seducir a una ... [+]
8 de diciembre de 2012
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
A casi todos los hombres de esta película habría que darles un empujón, pero bien dado. Y es que balbucean, más que hablan; divagan, más que reflexionan; se aturullan -disminuyen- ante el contrincante, sobre todo si es mujer… Y por tanto ellas llevan las de ganar, especialmente Clara Segura a quien hago la ola y reola desde aquí por todo lo que obtiene con lo que pierde :)

Diría que Cesc Gay ha jugado también un poco al despiste con los roles porque a un gallo de pelea -San Juan, no el de los Evangelios- lo convierte en impotente, o a un seductor Darín en engañado (el otro adjetivo es burdo) en beneficio de un amante, Tosar, que así a priori no lo parece… Tampoco es trigo limpio el personaje de Mollà pero, curiosamente, el que interpreta Noriega -y que da origen al título de la película- un poco más y deviene a su favor porque lo interpreta con tal ‘inocencia’ y amago de timidez que más bien parece un desvalido que un opositor a ligón. Que no es un error suyo, alto! (él está perfecto, como todo el reparto) sino del tono que le/s confiere el director ajeno a cualquier agudo que sobresalga de más; para nada, una ‘armonía’ absoluta como nexo principal aunque si escarbas debajo hay divorcios, imposturas, algún zapato precario o hasta incluso las lentejas de una madre providencial.

En resumen, que los hombres de ese ‘oeste’ urbano más parecen cabalgar con pistolas de juguete que con balas de verdad pero el mensaje del texto sí contiene dinamita, aunque sea de fogueo, para que, aunque no acabes de verte reflejado en ellos, sí entiendas la intención de mostrarnos ese puente que muchas veces separa la comunicación emocional entre sexos y apostar por transitarlo con menos miedo, más confianza, más fluidez y sinceridad en los sentimientos y menos fútbol, ejem -esto se me ha colado, perdón!-.

Ah! por cierto: 1) un vecino de asiento no aguantó toda la película, je, je, y se levantó cabr*ado… 2) Eduard Fernández y Leo Sbaraglia creo que han iniciado una hermosa amistad, cual Bogart y Rains, como consecuencia del rodaje, o sea que ‘cap problema’ a la hora de relacionarse entre ellos que una cosa es el texto y otra la realidad -aparte, esta cita de Eduard, fuera ya de la pantalla: “Algo tendremos los hombres para que sigamos gustándoos”-. 3) Todas las actrices (Peña, Segura, Guillén, Watling), brillan también con luz propia al servicio de un guión que parece ‘apagado’ aunque allí nadie lo está. 4) Cesc Gay y Andreu Rebés siguen retratando una Barcelona como nadie, reconocible sólo para sus habitantes y en las dimensiones precisas.
Rebeca
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