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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Serie de TV. Drama. Ciencia ficción. Thriller Serie de TV (2019). 8 episodios. Un grupo pone todo lo que tiene en juego para enfrentarse a una terrible plaga que amenaza con acabar con la civilización.
31 de octubre de 2020
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia el lago - To the Lake

¿Quién imita a quién? ¿La realidad a la ficción o viceversa? ¿O tal vez ambas se han conjurado para plantearnos un indescifrable enigma? Porque cuando el director de cine moscovita Pavel Kostomarov estrenó el pasado año la serie “Hacia el lago”, la humanidad entera no tenía la menor idea de la pesadilla que se avecinaba. Por eso, por su profética e intuitiva revelación, ver ahora los ocho episodios de este sobrecogedor presagio resulta mucho más aterrador. El miedo es una percepción que se agiganta cuando se aproxima el peligro, cuando sentimos en la nuca el fétido aliento de la bestia. Y lo que hace tan sólo un año nos hubiera parecido una extravagante distopía, hoy se nos presenta como una realidad tan cercana que produce escalofrios.
Ante la inminente muerte que les depara el estallido de una epidemia de efectos letales, un reducido grupo familiar huye de Moscú en busca de su salvación. Se dirigirán hacia el norte. Su objetivo será un lago solitario situado a mil kilómetros de la capital rusa. Durante ese largo y tortuoso camino helado donde la nieve cubre un desolado e inabarcable paisaje y en el que la humedad y el frío taladran los huesos, la pequeña comitiva se enfrentará a todo tipo de horrores antes de alcanzar su meta. Y a este cronista le resulta difícil discernir qué le produce más miedo: si la mortífera plaga que amenaza la vida de los afligidos viajeros o el monstruoso instinto depredador que envenena la condición de nuestra especie.
Y por si no fuera suficiente tanto espanto, Kostomarov escarba en las zonas más sombrías de sus personajes. A medida que la serie avanza, afloran traumas que permanecían ocultos. Es entonces cuando empezamos a entender ciertas vertientes de su conducta, el porqué de algunas de sus reacciones, la inquina escondida tras las miradas, el rencor que supuran determinadas alusiones o sus encarnizados enfrentamientos a cara de perro. Todo ello explica la carga de penalidades que cada cual soporta, el daño que se infligieron en el pasado, los sentimientos de culpa que les atormentan y el descubrimiento de inconfesables secretos que mejor hubieran permanecidos eternamente guardados en el infranqueable cofre del tiempo.
La apocalíptica historia que nos cuenta Kostomarov es demoledora, pavorosamente cruel, muchas de sus imágenes son difíciles de afrontar y retrata con absoluta crudeza el abominable instinto depredador que domina nuestra naturaleza.
Y una última reflexión: ¿de extenderse en el tiempo la plaga que estamos viviendo, hasta cuándo aguantarían los cimientos que sostienen la sociedad sin acusar los estragos del caos? Porque esto no ha hecho más que empezar y ya empieza la vorágine a mostrar su lívido rostro.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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