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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
7
Drama Después de 15 años juntos, María y Boris se separan. Ella fue quien compró la casa en la que vive con sus dos hijas, pero fue él quien la ha reformado completamente. Ahora se ven obligados a vivir juntos allí, ya que Boris no tiene los medios para pagarse un alquiler. A la hora de hacer cuentas ninguno de los dos quiere dejar de lado lo que considera haber aportado. (FILMAFFINITY)
23 de octubre de 2016
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Después de nosotros (L' économie du couple)

De la recurrente circulación de algunos tópicos en boca de nuestro pueblo derivan verdades incontestables. Y de esas verdades he dudado siempre. Miren sino esta perla secular por poner un ejemplo: "El dinero no hace la felicidad". Puede que sea cierto pero la pobreza tampoco y con mucha menor probabilidad. Sospecho, además, que dicha creencia tenga como única finalidad servir de placebo ante las enormes dificultades a las que muchas familias se enfrentan para llegar a fin de mes. Si tantas desdichas trajera el dinero me cuesta entender cómo la gente lo busca y anhela con tanta vehemecia. Fíjense en esas escenas entrañablemente populares que se repiten año tras año por televisión después del sorteo de la lotería de Navidad y cómo los bendecidos por la desgracia celebran con incomprensibla algarabía de colegiales su mala fortuna. Pobrecillos, aún sabiendo que son sus últimos momentos de felicidad, que la desgracia que conlleva el dinero se cebará sobre ellos a partir de entonces, despiden sus días de gozosa pobreza con envidiable vitalidad. Sin embargo, la cruda realidad, tozuda ella e insobornable, acaba siempre desmontando tan simplistas como infantiles trivialidades.
Y algo de todo esto contiene "Después de nosotros", una estupenda y realista película belga del director, también de nacionalidad belga, Joachim Lafosse, al que le avalan notables realizaciones. En este convincente drama familiar consigue plasmar con admirable lucidez y veracidad un conflicto doméstico en donde la falta de recursos económicos es factor determinante para lograr resolverlo. Esa desafotunada carencia convertirá en una auténtica pesadilla e interminable calvario una situación que hubiera podido zanjarse sin dilación, evitando a esta familia un sinfín de infortunios, preocupaciones, dolores y resentimientos, de haber mediado la infame presencia del dinero. Y no revelaré aquí las razones que originan esta humillante calamidad con la finalidad de alentar a mis lectores para que acudan a verla.
Es un filme de interiores que bien podría representarse sin dificultad en cualquier sala de teatro. Apenas el director nos enseña eventualmente el pequeño jardín de la casa en donde tienen lugar algunas breves escenas. Eso genera una mayor sensación claustrofóbica que contribuye a aumentar el angustioso desarrollo del relato. La historia está muy bien contada y atrapa de inmediato al espectador porque su autenticidad refleja como un espejo muchísimos de los dramas cotidianos que ocurren a nuestro alrededor. La dirección de los actores es soberbia teniendo en cuenta, sobre todo, lo complicado que es manejar a dos criaturas de entre 7 y 8 años y lograr que parezcan tan naturales como cuando se mueven por su propia casa sin la presencia intimidatoria de las cámaras y de todo el equipo de realización.
Yo les recomiendo vivamente vayan a ver esta desoladora película en primer lugar porque es muy buena y evidencia con precisión la triste realidad; y después porque habrá con seguridad de ayudarles a demoler un topicazo que inexplicablemente, aún hoy, habita entre nosotros.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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