Tercera película que dudo mucho que cierre la exitosa saga de Gerard Butler, aquí un poco preñado de un agotamiento de este fornido personaje, como el jefe del servicio secreto de protección de la Casa Blanca que lucha para preservar con vida a su presidente, que si bien ya han pasado unos años y Aaron Eckhart ya ha terminado su legislatura, ahora Morgan Freeman será su sucesor.

Tras hacerle una encerrona a Mike Banning, su amigo el aquí horroroso Danny Huston, les hace creer a todos que ha atentado contra su puesto con Rusia. Es decir, de nuevo la historia crece en una trama interesante, simplista a priori, pero que deja como resultado escenas ricas en acción en ese momento, pero cortas en comparación con sus dos cintas predecesoras, en las que Gerard Butler cual Tarzán se los cargaba a todos él solo utilazando todo tipo de estrategias.

La sustitución de la insulsa Radha Mitchell como esposa de Butler y madre de su hija por la más vital Piper Perabo fue una de las decisiones más acertadas de esta cinta junto a la interpretación de Freeman, brillante como siempre. Los villanos son de traca y los jefazos del FBI como Jada Pinkett, tontos e inservibles. Esperable, pero la saga ha sido reforzada: Perabo, Freeman...y espero que aquí se cierre. La película es larga y aburrida, las escenas menos intensas cada vez, pero un canto a lo políticamente incorrecto, ese es su mayor encanto. O error.