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Voto de elquicio:
9 922
Drama
Adaptación de una novela de Don DeLillo. Con el capitalismo a punto de extinguirse, los disturbios se extienden por Nueva York. El joven multimillonario Eric Packer se dirige en su limusina a cortarse el pelo en su peluquería favorita. Eric descubre que alguien quiere asesinarle a la vez que el caos se apodera de su imperio. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2012
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la primera vez que califico a una película con un 1 y lo hago porque quiero salvar de la catástrofe algunos momentos reseñables de la banda sonora.
De acuerdo con los generales momentos de confusión en que vivimos, el espectador no es avisado de que la película que va a ver es un especimen que no tiene relación con el cine, el teatro o las 'variétés'. Antes, cuando alguien estaba en disposición de contemplar un film raro, raro, de esos que a uno le devanan los sesos, conocía de la existencia del consabido protocolo: acudir a pequeñas salas donde proyectaban largometrajes de 'arte y ensayo'. Ahora, ni eso. Viva la sorpresa!
El primer mosqueo te lo llevas cuando, en un día festivo, a punto de comenzar la proyección, entras en la sala y ves que de las 500 butacas sólo están ocupadas 20. Sobre todo cuando el protagonista, Robert Pattinson, está de moda y allí no encuentras ni a sus fans. Pero nada es comparable con lo que te deparan los 108 minutos de la película.
Para empezar, nada bueno se puede esperar de un director que trata de copiar, esto es, de trasladar literalmente, palabra por palabra, textos de un libro que, para su lectura, precisa de una gran vocación masoquista, especializada en prospectiva económica.
Si estás dispuesto a soportar tal reto digno del frikiGuiness, puedes intentar enfocar el martirio pensando que estás viendo una obra de teatro de vanguardia. Pero tampoco es eso, ya que la pantalla se inunda de cientos de primeros planos en un marco agorafóbico.
No les voy a dar, por tanto mucha lata explicativa más: el Director confesó que pretendía sembrar la inquietud en el espectador y lo que consigue es la indignación. De los 21 que ocupamos nuestros asientos, quedamos, en una huída por goteo, 2.
Verborrea; tecnicismos; pedantería; absurdos; retórica; pretenciosidad; idiocia; vacuidad; tedio; feísmo; psicoanálisis sicesivo; parafilosofía; economicismo ficción; minimalismo vomitivo; apocalipsis hilarante; etc.
Para quien tenga dudas: ahora que está de moda el cine mudo, prueben a quotar la voz a este engendro: ¡todavía es peor!
Una tomadura de pelo [1 sobre 10]
El quicio de la mancebía [EQM]
elquiciodelamancebia.lacoctelera.net
De acuerdo con los generales momentos de confusión en que vivimos, el espectador no es avisado de que la película que va a ver es un especimen que no tiene relación con el cine, el teatro o las 'variétés'. Antes, cuando alguien estaba en disposición de contemplar un film raro, raro, de esos que a uno le devanan los sesos, conocía de la existencia del consabido protocolo: acudir a pequeñas salas donde proyectaban largometrajes de 'arte y ensayo'. Ahora, ni eso. Viva la sorpresa!
El primer mosqueo te lo llevas cuando, en un día festivo, a punto de comenzar la proyección, entras en la sala y ves que de las 500 butacas sólo están ocupadas 20. Sobre todo cuando el protagonista, Robert Pattinson, está de moda y allí no encuentras ni a sus fans. Pero nada es comparable con lo que te deparan los 108 minutos de la película.
Para empezar, nada bueno se puede esperar de un director que trata de copiar, esto es, de trasladar literalmente, palabra por palabra, textos de un libro que, para su lectura, precisa de una gran vocación masoquista, especializada en prospectiva económica.
Si estás dispuesto a soportar tal reto digno del frikiGuiness, puedes intentar enfocar el martirio pensando que estás viendo una obra de teatro de vanguardia. Pero tampoco es eso, ya que la pantalla se inunda de cientos de primeros planos en un marco agorafóbico.
No les voy a dar, por tanto mucha lata explicativa más: el Director confesó que pretendía sembrar la inquietud en el espectador y lo que consigue es la indignación. De los 21 que ocupamos nuestros asientos, quedamos, en una huída por goteo, 2.
Verborrea; tecnicismos; pedantería; absurdos; retórica; pretenciosidad; idiocia; vacuidad; tedio; feísmo; psicoanálisis sicesivo; parafilosofía; economicismo ficción; minimalismo vomitivo; apocalipsis hilarante; etc.
Para quien tenga dudas: ahora que está de moda el cine mudo, prueben a quotar la voz a este engendro: ¡todavía es peor!
Una tomadura de pelo [1 sobre 10]
El quicio de la mancebía [EQM]
elquiciodelamancebia.lacoctelera.net
