Podemos decir que la directora italiana Alice Rohrwacher es una de las más importantes del momento en su país y en el cine europeo. Ya demostró su valía hace unos años con el drama “El país de las maravillas”. Ahora vuelve a escena con una película que mezcla el neorrealismo, la magia y la crítica social. La cinta obtuvo el premio al mejor guion en la última edición del Festival de cine de Cannes.

Nos cuenta la historia de Lazzaro, un ser con una bondad y una buena fe que no estamos acostumbrados a ver hoy en día, vive atrapado junto con otro grupo de personas, trabajando como sirvientes para una malvada marquesa en la finca La Inviolata. El estilo de vida de esta pobre gente deja mucho que desear, son tratados como esclavos y en este mundo tan cruel todo el mundo se aprovecha del pobre Lazzaro. La llegada del hijo rebelde de la marquesa lo cambiará todo.

La cinta se divide claramente en dos partes muy distintas, la primera donde vamos conociendo a los personajes y la directora va tratando todo con una clara sensibilidad y de forma un tanto poética. Y la segunda parte donde la acción pasa de la zona rural a las zonas urbanas, todo es distinto y se ve claramente una crítica al capitalismo del mundo actual.

La película quiere reflejar la fuerza de la belleza y la nobleza del ser humano, hay que pensar y creer que todavía existen personas con buen corazón y que buscan constantemente el bien. El guion y las actuaciones de todo elenco de actores son factores muy a tener en cuenta. A mí personalmente, aunque me gustó la película no me cautivo tanto ni me produjo esa sensación de obra maestra. Una de las cosas que si me cautivo fue la actuación del actor Adriano Tardiolo , la cual quedará para los recuerdos del cine italiano y del cine mundial.

Lo mejor: El guion y Adriano Tardiolo
Lo peor: Puede resultar algo pesada para determinado tipo de público.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net