Es un western con muchos ingredientes clásicos: tipos duros, disparo fácil, duelos personales, malos poderosos, justicia no fiable, trenes, caballos y indios. Pero no pretende ser un gran western al estilo de los años 60 o 70, sino una performance actual, que adivino que resultará memorable.

Con este escenario - de western clásico - se nos desarrolla una hermosa historia - con planteamiento, nudo y desenlace – donde unos personajes extraordinariamente sólidos, eficazmente definidos y magistralmente encarnados por unos actores formidables, consiguen hacerla llegar en forma creible a los espectadores. Es un recital interpretativo, con ritmo, diálogos y ambientación de nivel alto.

Hay que tener en cuenta que los conceptos de amistad, lealtad y fidelidad (conyugal y de la otra), sentido del deber, etc. aparecen como valores básicos y gracias a la calidad de la historia y de los actores consiguen hacerse creíbles. Sin esta calidad, estos conceptos podrían fácilmente sonar a ambíguos y hasta ridículos.

Vedla: os gustará más o menos, pero si sois fans el buen cine no os defraudará.