"Suavemente me mata" es un thriller que en vez de catalogarlo como erótico, diría que es pura ciencia-ficción. Su planteamiento inicial cae en el ridículo más absoluto. Por más que las relaciones humanas sean impredecibles y complejas, no resulta creíble la historia de que una mujer, con un novio con el que vive desde hace años, conozca a un extraño y de buenas a primeras, sin mediar palabra, se pongan a follar como posesos durante dos días y se casen al tercero. ¿Es qué el director nos quiere tomar por gilipollas?. Es una desfachatez que para transmitirnos la atracción física entre ambos, se dediquen a fornicar como conejos, empujando y empujando todo el día sin descanso. Y mención aparte merece la patética escena del lazo en el cuello en la cabaña. ¿Era necesario para contar la historia tanto sexo gratuito?. Si esto era bochornoso, una vez que pasan los primeros 40 minutos, a base de polvo tras polvo, esa actitud y comportamiento infantil de Alice (Heather Graham) por haber conocido a Adam(Joseph Fiennes), con esa cara que pone como si tuviera 5 años y acabaran de comprarle por primera vez una piruleta, da vergüenza ajena. Una vez transcurrido este punto, el guión (si es que aquí hay guión) comienza un poco a desarrollarse, pero lo hace de forma enrevesada, sin interés, y haciendo agua por los cuatro costados. Por si no era ya penoso tener que soportar los ires y venires de la pareja protagonista (Alice y Adam), entra en la ecuación el personaje de Deborah (Natascha McElhone), que de forma lamentable y poco sutil se encarga de destrozar la poca intriga que tenía este filme, haciendo totalmente previsible el desenlace de la historia.

Realmente no puedo rescatar nada positivo de esta idiotez superlativa que es "Suavemente me mata". Heather Graham es muy fotogénica delante de las cámaras y me resulta muy atractiva, tengo que reconocer que este engendro he terminado de verlo por ella, que dicho sea de paso enseña bastante carne, y lo hace sin que haya de por medio transparencias, cortinas o juegos de luces claro-oscuros en la fotografía, sino como Dios la trajo al mundo, pero a pesar de ello no puedo obviar que este filme resulta insoportable, absurdo, sin pies ni cabeza y totalmente prescindible.