Menuda decepción me he llevado con esta película. Pues sí, decepción porque creía que iba a ver una buena película y la verdad es que nada más lejos de la realidad. Así que si aún estás a tiempo no la veas porque no vale la pena (incluso posee un par de escenas enfermizas y repugnantes que me gustaría no haber visto nunca). Esta vez quiero empezar mi crítica justo por ahí, por aconsejarte que elijas otra cosa para ver.

Poco hay que rescatar de esta cinta. Únicamente te diría que las escenas subiditas de tono en las que intervienen Jessica Alba y Kate Hudson y el apartado técnico que no está malejo del todo (ambientación de la época, fotografía, decorados, etc.) Ya está, no hay nada más. En cambio, para enumerar las pegas creo que voy a tener que extenderme un poco más.

De entrada, la película no termina nunca de funcionar de ninguna de las maneras posibles. No sé muy bien qué es lo que ha pretendido hacer el director (de entre todas las cosas que imagino apostaría por un intento de hacer el retrato de un psicópata homicida en primera persona), pero sea como fuere le ha quedado una propuesta con un guión que hace agua por los cuatro costados. Además, su ritmo narrativo es lentísimo, a los personajes los mueven unas motivaciones que no se comprenden muy bien que digamos y, por último, tiene un desenlace que es lo más ridículo y absurdo que he visto en muchísimos años.

Un servidor no le hace ascos al uso de la violencia extrema en la gran pantalla y, además, si es explícita pues mejor que mejor. Me gustan muchas series y películas con altos contenidos de violencia. No obstante, lo que he visto en este filme traspasa todos mis límites de tolerancia. Me ha resultado asqueroso ver a Casey Affleck tratando a Jessica Alba y a Kate Hudson de la misma forma que Mike Tyson lo hacía con sus rivales…

Y poco más voy a añadir. “El demonio bajo la piel” es un filme al que le sobra violencia doméstica, cachetes en el culo y agujeros en el guión. Y por supuesto no esperéis el más mínimo atisbo de buen gusto o de estilo a la hora de contar la historia de este perturbado de mierda que le daba por moler a golpes a todas las mujeres con las que se acostaba.