“Striptease” es una de esas películas, aunque no sé si llamarla película porque sería un insulto a muchas otras cintas, a la que le pondría un rotundo cero. Se supone que este filme es un drama sobre una mujer que se dedica a hacer striptease en un tugurio de Miami para poder reunir el dinero suficiente para apelar la sentencia desfavorable sobre su hija. Y digo lo de que se supone porque cualquier persona que empieza a ver una película, a pesar de que sea un filme de corte erótico-festivo, espera ver algo más que simplemente a una chica guapa bailando y enseñando carne. Pues bien, eso es lo único que te ofrece este filme, Demi Moore luciendo palmito, bailando en una barra de un club de striptease y contorneándose de mala manera para provocar. Ya está, eso es todo, no busques nada más porque no lo encontrarás. Demi Moore está buena, eso no voy a negarlo, pero se nota muchísimo que ha pasado por el quirófano de un cirujano plástico para llenarse de silicona por todos sitios, prácticamente esto es un homenaje a la silicona en vez de al arte del striptease. Este tipo de películas hay que castigarlas, no se puede hacer dos horas de metraje centradas exclusivamente en que Demi Moore enseñe el culo y las tetas. Es que lo único que te ofrece este producto es eso, nada más. El resto es un tedio infumable en todos los demás aspectos e incluso hasta un insulto para el espectador. Su guión es insufrible, mal hecho y hasta indigno. Algunas veces incluso te da la sensación de que no se escribió ningún guión, sino que simplemente se lo iban inventando sobre la marcha. O puede ser que el guión estuviera escrito en un rollo de papel Scotex y, a mitad del rodaje, alguien que se quedó sin papel en el váter lo usó para limpiarse el culo (de ahí que tuvieran que improvisar para terminar de rodarla). La mayoría de actores parece que se dieron cuenta del castañón que estaban filmando y no le pusieron muchas ganas a sus actuaciones (es especialmente lastimosa la aportación de Burt Reynolds). Y no sé que más decir, salvo que este es un producto en el que Demi Moore quiso convertirse en un nuevo mito erótico pero le salió el tiro por la culata, como mucho le sirvió para amortizar el dinero que se gastó en operarse las tetas. Para terminar con mi crítica, y como dato anecdótico, decir que esta cinta se llevó 6 merecidísimos premios Razzies: Peor película, peor actriz (Demi Moore), peor pareja fílmica (Demi Moore y Burt Reynolds), peor director, peor guión y peor canción “original”.