Tenemos un actor, Louis de Funès, quizás el más taquillero de toda la historia del cine francés, y tenemos una larga serie de películas que protagonizó desde la década de los años 60, hasta principios de los 80. Todas estas películas están cortadas por el mismo patrón, sea quien sea el director de turno.
El gendarme en Nueva York, sigue fielmente la línea chillona y estridente de todos sus films, algunos de calidad y otros bastante aburridos. Sin ser esta su mejor película, tampoco es de las peores. Es un film bobo, sencillo, tontorron y sin pretensiones, rodado única y exclusivamente para el deleite del ejercito de seguidores de Louis de Funès, y es fruto de una época en que las películas eran sencillas y simples. La cinta es la 2ª de la saga del gendarme y rodada el año siguiente de “El gendarme de Saint-Tropez”. Tiene secuencias muy divertidas y graciosas, con un guión banal y sin complicaciones.
Nuestro querido Louis de Funès, es un sargento gendarme de una población costera francesa. En esta ocasión, el equipo de los gendarmes van a Nueva York para asistir a un congreso mundial de gendarmería. Como puede suponerse, los enredos no tadarán en aparecer y las escenas alocadas serán el plato fuerte de esta distraída cinta.
Recomendación: Para poner la mente en blanco y rellenar 90 minutos de buena risa inocente.