Después del éxito arrollador de la primera entrega del año 1991, Anthony Hopkins rodó 10 años más tarde la segunda parte (Hannibal), y en el año 2002 terminó la trilogía con El dragón rojo. Sí la primera cinta mereció un 9 y la segunda un 8, esta que nos ocupa sin estar a la altura de sus dos predecesoras, es bien merecedora de un 7 alto.
Otra vez el Dr. Lecter tras el cristal de su famosa celda, tendrá que ayudar en contra de su voluntad a un agente del FBI para esclarecer los asesinatos de un psicópata.
La acción de este film está situado por el guionista con anterioridad de la primera entrega y podemos asistir con un suspiro de alivio, a la captura del caníbal. La película es una nueva vuelta de tuerca a los pilares de la serie. Es intensa, inquietante, sutil, con unos diálogos de calidad y toques de puro terror muy bien narrados y logrados. La cinta no da tregua ni descanso al espectador y sabe mantener todo su interés hasta el ultimo minuto del metraje, siempre bien acompañada por una música acertada e inquietante.
Anthony Hopkins como de costumbre está soberbio en su famoso papel del caníbal y tampoco desmerece Ralph Fiennes como el dragón. El único actor que no encaja es Edward Norton como el atormentado agente del FBI, no sabe dar la talla de su personaje ni resulta convincente.
Conclusión: Imprescindible para conocer los inicios de una leyenda.