Media votos
8,1
Votos
84
Críticas
9
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Pablo Veblen:
7
2023
Los Javis (Creador), Javier Ambrossi (Creador) ...
7,6
11 295
Serie de TV. Drama. Thriller
Miniserie de TV (2023). 7 episodios. El vídeo viral de un grupo musical de pop cristiano, compuesto por varias hermanas, impacta en la vida de Enric, un hombre atormentado por una infancia marcada por el fanatismo religioso y el yugo de una madre con delirios mesiánicos. (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2023
62 de 78 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie de La Mesías es buena, muy buena. La puesta en escena es brutal, todo es muy muy real: la historia, los personajes, los ritmos, las escenas, la música, etc. Es una obra de arte, por lo importante de lo que cuenta y por cómo lo cuenta. El final es arriesgado, muy arriesgado. En lo personal no me gusta (el final), pero lo entiendo, y hasta me parece más real "del que a mi me gustaría ver". Sin embargo, las historias no son sólo lo que se cuenta, sino cómo se cuenta, y en esto los Javis son muy buenos y muy conscientes de lo que hacen. Y es esto lo que no me deja satisfecho sobre el final... sobre el cómo, no sobre el qué. Pero antes, vamos a por lo bueno.
Como decía, la historia es brutal y la puesta en escena más genial todavía. Me limito a decir que me ha encantado que ponga sobre la mesa una realidad muy ocultada: el maltrato psicológico de padres y madres a sus hijos e hijas. Es algo sobre lo que no hay muchas series y películas, ni te digo ya desde las perspectivas de esas víctimas. Creo que son realidades que se quieren o se deben olvidar para (poder) vivir de mayor, por los traumas que conllevan, y eso también las oculta. Pero esta serie va justo sobre eso, sobre lo que somos debido a nosotros y nosotras mismas, y a los traumas que cargamos, en concreto a los de la infancia, probablemente los más importantes y que más han configurado nuestras creencias y forma de comprender el mundo. Cuando ese maltrato ocurre en el ámbito familiar es algo profundamente doloroso pues entre otras cosas, debido a nuestro sistema educativo y laboral, cuando alcanzas la edad de poder ser consciente de ello (en todo su dolor y sobre todo en buena parte de su injusticia y sin sentido desde la razón) todavía debes seguir viviendo con tus padres porque no tienes la edad (ni la capacidad económica) para independizarte y "salir de allí". Esto te obliga a desarrollar mecanismos de represión y adaptación, lo que a la larga te llevan a legitimar el maltrato que sufres, asimilarlo como normal, y a veces hasta a repetirlo sobre otras personas si no tomas consciencia de ello. "La mejor y la peor característica del ser humano es su capacidad de adaptarse a su entorno", leí una vez no recuerdo de quién.
Cuando consigues salir de esos entornos familiares, comienza un proceso de duelo que puede durar toda la vida. Sobre esto también trata la serie. Vamos, la serie realmente cuenta lo que se vivió como parte del duelo de los protas, de Enric e Irene. Primero conocemos cómo son ahora, luego conocemos qué les hizo así, y finalmente conocemos que hacen con ello. En esto, narrativamente, es una joya de serie. Me alegra profundamente que una serie empatice con las emociones y sentimientos de los niños, niñas y jóvenes... Los adultos solemos menospreciar sus sentimientos e ideas, tachándolas de exageradas y utópicas, y enterrando el necesario cuidado psicológico y emocional que les debemos en palas y palas de paternalismo y sobreproteccionismo. Es así, creo yo, como ciertos padres que de partida no quieren maltratar a sus hijos, acaban ocultándoles el mundo, o enseñándoles a creer en un sistema de creencias que les permiten explicar o legitimar ese mundo... para que no duela tanto... aunque lo normalices y al final le sigas dando continuidad con tus actos. Porque el mundo es muy injusto y doloroso, por lo que unas personas hacen a otras, y no comprenderlo bien nos hace sufrir e incluso nos puede volver locas.
Por un lado, la serie creo que trabaja muy bien la figura de la madre. Yo decía ahí que "ciertos padres que de partida no quien maltratar a sus hijos bla bla", pero es que aquí la madre igual no entra en esa categoría. Aquí la madre no cuida a sus hijas. Yo creo que no hay forma de legitimar su comportamiento. Se puede entender por lo que ha vivido y nunca contó con un apoyo verdadero suficiente, pero ha tenido oportunidades para cambiarlo, y no lo hizo, y se eligió constantemente a ella misma por encima de otros. Y, siendo esto tan complicado de abordar, creo que la serie lo aborda muy bien. Creo que lo reconoce como tal, y que muestra las consecuencias traumáticas que han tenido sus actos en sus hijas de sobra. Chapó. Una maravilla, ver esta serie es incluso una forma de sanar los malos tratos psicológicos que hemos sufrido en la familia muchas de nosotras. Sin embargo, es al tratar "qué hacer con estas heridas", cosa que ocurre al final de la serie, cuando no me encuentro tan conectado a ella. Me explico (sin spoilers).
En una entrevista con Aimar Bretos en La Ser sobre la serie, Javier Ambrossi al hablar sobre los paralelismos entre la seria y su propia experiencia vital decía que "cómo se vuelve a casa es la gran asignatura pendiente del colectivo LGTB en este momento". Justo algo relacionado con esta idea es lo que veo en el final de la serie y que no me termina de calar. Porque yo no sé que experiencia han tenido los Javis, pero somos muchas las que no sólo no queremos volver a casa, sino que hemos aprendido que *no hay por qué volver a casa*. No está mal no volver a casa. Cuando el duelo termina, y para vivir hay que terminarlo, aprendes "a no volver a casa", a poder ser feliz sin estar con esa persona a la que amabas. Y, por desgracia, puedes amar a alguien que te maltrata. Y dejar eso atrás no es nada fácil. Sobre todo, cuando ocurre en la familia. Creo que la familia no es un bien per se, al menos en el contexto social, económico y cultural en el que vivimos hoy día. Es donde te has criado, y en esa crianza te han podido tratar bien, o te han podido tratar mal. Y lo que importa no es la familia, es cómo te cuidan y te tratan. Si lo que hacen es maltratarte, ¿por qué hay que volver? ¿Por qué me tengo que responsabilizar de satisfacer las ganas de sentir cariño de alguien que, en realidad, me maltrata? No, perdona, yo me merezco vivir.
Y, teniendo en cuenta esto, el final no me gusta, porque muestra algo de los Javis que también vi en La Llamada (aunque igualmente me flipe). Sigo en spoilers.
Como decía, la historia es brutal y la puesta en escena más genial todavía. Me limito a decir que me ha encantado que ponga sobre la mesa una realidad muy ocultada: el maltrato psicológico de padres y madres a sus hijos e hijas. Es algo sobre lo que no hay muchas series y películas, ni te digo ya desde las perspectivas de esas víctimas. Creo que son realidades que se quieren o se deben olvidar para (poder) vivir de mayor, por los traumas que conllevan, y eso también las oculta. Pero esta serie va justo sobre eso, sobre lo que somos debido a nosotros y nosotras mismas, y a los traumas que cargamos, en concreto a los de la infancia, probablemente los más importantes y que más han configurado nuestras creencias y forma de comprender el mundo. Cuando ese maltrato ocurre en el ámbito familiar es algo profundamente doloroso pues entre otras cosas, debido a nuestro sistema educativo y laboral, cuando alcanzas la edad de poder ser consciente de ello (en todo su dolor y sobre todo en buena parte de su injusticia y sin sentido desde la razón) todavía debes seguir viviendo con tus padres porque no tienes la edad (ni la capacidad económica) para independizarte y "salir de allí". Esto te obliga a desarrollar mecanismos de represión y adaptación, lo que a la larga te llevan a legitimar el maltrato que sufres, asimilarlo como normal, y a veces hasta a repetirlo sobre otras personas si no tomas consciencia de ello. "La mejor y la peor característica del ser humano es su capacidad de adaptarse a su entorno", leí una vez no recuerdo de quién.
Cuando consigues salir de esos entornos familiares, comienza un proceso de duelo que puede durar toda la vida. Sobre esto también trata la serie. Vamos, la serie realmente cuenta lo que se vivió como parte del duelo de los protas, de Enric e Irene. Primero conocemos cómo son ahora, luego conocemos qué les hizo así, y finalmente conocemos que hacen con ello. En esto, narrativamente, es una joya de serie. Me alegra profundamente que una serie empatice con las emociones y sentimientos de los niños, niñas y jóvenes... Los adultos solemos menospreciar sus sentimientos e ideas, tachándolas de exageradas y utópicas, y enterrando el necesario cuidado psicológico y emocional que les debemos en palas y palas de paternalismo y sobreproteccionismo. Es así, creo yo, como ciertos padres que de partida no quieren maltratar a sus hijos, acaban ocultándoles el mundo, o enseñándoles a creer en un sistema de creencias que les permiten explicar o legitimar ese mundo... para que no duela tanto... aunque lo normalices y al final le sigas dando continuidad con tus actos. Porque el mundo es muy injusto y doloroso, por lo que unas personas hacen a otras, y no comprenderlo bien nos hace sufrir e incluso nos puede volver locas.
Por un lado, la serie creo que trabaja muy bien la figura de la madre. Yo decía ahí que "ciertos padres que de partida no quien maltratar a sus hijos bla bla", pero es que aquí la madre igual no entra en esa categoría. Aquí la madre no cuida a sus hijas. Yo creo que no hay forma de legitimar su comportamiento. Se puede entender por lo que ha vivido y nunca contó con un apoyo verdadero suficiente, pero ha tenido oportunidades para cambiarlo, y no lo hizo, y se eligió constantemente a ella misma por encima de otros. Y, siendo esto tan complicado de abordar, creo que la serie lo aborda muy bien. Creo que lo reconoce como tal, y que muestra las consecuencias traumáticas que han tenido sus actos en sus hijas de sobra. Chapó. Una maravilla, ver esta serie es incluso una forma de sanar los malos tratos psicológicos que hemos sufrido en la familia muchas de nosotras. Sin embargo, es al tratar "qué hacer con estas heridas", cosa que ocurre al final de la serie, cuando no me encuentro tan conectado a ella. Me explico (sin spoilers).
En una entrevista con Aimar Bretos en La Ser sobre la serie, Javier Ambrossi al hablar sobre los paralelismos entre la seria y su propia experiencia vital decía que "cómo se vuelve a casa es la gran asignatura pendiente del colectivo LGTB en este momento". Justo algo relacionado con esta idea es lo que veo en el final de la serie y que no me termina de calar. Porque yo no sé que experiencia han tenido los Javis, pero somos muchas las que no sólo no queremos volver a casa, sino que hemos aprendido que *no hay por qué volver a casa*. No está mal no volver a casa. Cuando el duelo termina, y para vivir hay que terminarlo, aprendes "a no volver a casa", a poder ser feliz sin estar con esa persona a la que amabas. Y, por desgracia, puedes amar a alguien que te maltrata. Y dejar eso atrás no es nada fácil. Sobre todo, cuando ocurre en la familia. Creo que la familia no es un bien per se, al menos en el contexto social, económico y cultural en el que vivimos hoy día. Es donde te has criado, y en esa crianza te han podido tratar bien, o te han podido tratar mal. Y lo que importa no es la familia, es cómo te cuidan y te tratan. Si lo que hacen es maltratarte, ¿por qué hay que volver? ¿Por qué me tengo que responsabilizar de satisfacer las ganas de sentir cariño de alguien que, en realidad, me maltrata? No, perdona, yo me merezco vivir.
Y, teniendo en cuenta esto, el final no me gusta, porque muestra algo de los Javis que también vi en La Llamada (aunque igualmente me flipe). Sigo en spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Está claro que los Javis (lo han dicho en las entrevistas) hacen una clara distinción entre ser una persona religiosa y ser una persona fanática o ultra. Yo veo el final de Enric como el de una persona que, o busca lo que necesita estando 100% involucrado en una religión, o ahí en esa religión ha encontrado la felicidad. Aunque me considere agnóstico, creo en algo más allá de lo físico, creo que todos tenemos una espiritualidad. Y por tanto puedo más o menos recibir tranquilamente ese final. "Bueno, el muchacho así es feliz, y nadie le ha obligado realmente a estar ahí, lo ha elegido y no hace daño a nadie", pensé. Y es importante que no sea una práctica coercitiva de la religión, que no haga daño a nadie. Porque las religiones, a diferencia de los sistemas filosóficos o espirituales, suelen llevar a la coerción, la vigilancia y el castigo. "Bueno... Por un lado me da pena, por otro... Bueno, si a él le ayuda...".
El tema es que la espinita de Enric es el pescado entero en Irene. Como dice otra crítica, Irene acaba yendo a misa y grabando a Cecilia. Lo que me enfada de esta escena es la idea de la Iglesia que acaban transmitiendo los Javis. La Iglesia no es bajo ningún concepto lo que transmiten en La Llamada ni en este final, como un lugar colorido y donde la alegría puede estar. Y al haber estado en un colegio católico y en unos scouts católicos, he visto misas muy coloridas y muy musicales. Pero es que la base ideológica de la Iglesia católica no es sana. Hay un componente de culpa personal y desconexión de la realidad social, de género y económica brutal (cosa que dentro del cristianismo sólo la teología de la liberación lationamericana han podido combatir). O sea, el cristianismo católico apostólico romano de España es un sedante religioso y patriarcal para asimilar las injusticias del mundo e interpretar los males humanos desde un individuo culpable (pecador), no desde la sociedad (que además es pecadora y en el fondo no se puede salvar). Yo entiendo que Irene esté feliz de ver a la hermana feliz, pero es que para ver esa felicidad han creado algo que no es real, que es una Iglesia que no existe. Como dice la otra crítica, es infinatemente más realista ver a una Cecilia que (evidentemente) debe seguir unida a la Iglesia, pero a pesar de lo que ello implica. Me hubiera gustado más a los 3 en los coches de choque de la feria, vamos.
Este lavado de la Iglesia que hacen los Javis lo uno a un lavado de la religión que también incluye el final de Eric. Yo creo que la razón principal por la que necesitamos un sistema de creencias es para gestionar el dolor que nos hace ver este mundo (esto es una creencia mía). Así, necesitamos que ese sistema de creencias (a) nos explique por qué la gente es así y/o (b) nos permita vivir con ello. Y lo malo es que esa explicación no tiene por qué ser verdad. Así, hay religiones que taponan el dolor a forma de sedante (religiones con todas sus letras, en general), hay sistemas de razonamientos que explican las injusticias del mundo (sistema socioeconómico capitalista basado en individuos egoístas...), y hay sistemas filosóficos que combinan en mayor medida uno y otro (taoísmo...). Y el tema es que, en mi percepción, los Javis nunca meten el factor socioeconómico en sus películas, más que en lo que afecta circunstancialmente a sus personajes. Pero no se analiza ni critica el sistema económico y los comportamientos que requiere en las personas (egoísmo, competitividad, individualismo, explotación...) para que este funcione, y sus consecuencias psicoemocionales. La alternativa es, pues, la salida religiosa para la paz espiritual. Por eso en la serie aparecen hippies, no punkis, y ayahuasca, no Grupos de Apoyo Mutuo autogestionados (sin drogas). Es como si en su mundo todos pudiéramos volver a casa. Pero el mundo de verdad no es así para la mayoría. Y para las que debemos dejar la casa para vivir, e intentamos cambiar esa parte socioeconómica, esta serie deja esa espinita.
El tema es que la espinita de Enric es el pescado entero en Irene. Como dice otra crítica, Irene acaba yendo a misa y grabando a Cecilia. Lo que me enfada de esta escena es la idea de la Iglesia que acaban transmitiendo los Javis. La Iglesia no es bajo ningún concepto lo que transmiten en La Llamada ni en este final, como un lugar colorido y donde la alegría puede estar. Y al haber estado en un colegio católico y en unos scouts católicos, he visto misas muy coloridas y muy musicales. Pero es que la base ideológica de la Iglesia católica no es sana. Hay un componente de culpa personal y desconexión de la realidad social, de género y económica brutal (cosa que dentro del cristianismo sólo la teología de la liberación lationamericana han podido combatir). O sea, el cristianismo católico apostólico romano de España es un sedante religioso y patriarcal para asimilar las injusticias del mundo e interpretar los males humanos desde un individuo culpable (pecador), no desde la sociedad (que además es pecadora y en el fondo no se puede salvar). Yo entiendo que Irene esté feliz de ver a la hermana feliz, pero es que para ver esa felicidad han creado algo que no es real, que es una Iglesia que no existe. Como dice la otra crítica, es infinatemente más realista ver a una Cecilia que (evidentemente) debe seguir unida a la Iglesia, pero a pesar de lo que ello implica. Me hubiera gustado más a los 3 en los coches de choque de la feria, vamos.
Este lavado de la Iglesia que hacen los Javis lo uno a un lavado de la religión que también incluye el final de Eric. Yo creo que la razón principal por la que necesitamos un sistema de creencias es para gestionar el dolor que nos hace ver este mundo (esto es una creencia mía). Así, necesitamos que ese sistema de creencias (a) nos explique por qué la gente es así y/o (b) nos permita vivir con ello. Y lo malo es que esa explicación no tiene por qué ser verdad. Así, hay religiones que taponan el dolor a forma de sedante (religiones con todas sus letras, en general), hay sistemas de razonamientos que explican las injusticias del mundo (sistema socioeconómico capitalista basado en individuos egoístas...), y hay sistemas filosóficos que combinan en mayor medida uno y otro (taoísmo...). Y el tema es que, en mi percepción, los Javis nunca meten el factor socioeconómico en sus películas, más que en lo que afecta circunstancialmente a sus personajes. Pero no se analiza ni critica el sistema económico y los comportamientos que requiere en las personas (egoísmo, competitividad, individualismo, explotación...) para que este funcione, y sus consecuencias psicoemocionales. La alternativa es, pues, la salida religiosa para la paz espiritual. Por eso en la serie aparecen hippies, no punkis, y ayahuasca, no Grupos de Apoyo Mutuo autogestionados (sin drogas). Es como si en su mundo todos pudiéramos volver a casa. Pero el mundo de verdad no es así para la mayoría. Y para las que debemos dejar la casa para vivir, e intentamos cambiar esa parte socioeconómica, esta serie deja esa espinita.