En septiembre visité París por primera vez y que decir que me encantó la ciudad una barbaridad, curioso ver escenas de la película en zonas que había estado muy recientemente como la Catedral de Notre Dame o la Torre Eiffel. Y fue aquí donde vi una placa en uno de sus pisos y hablaba de Philippe Petit un equilibrista que hizo historia con sus proezas sobre un cable y fue cuando recordé esta película y mira por dónde se trataba de la misma persona. Un tipo sin miedo, confiado al 100% en sus cualidades y capaz de hacer hazañas al alcance de únicamente gente dotada de un don especial o alguien mal de la cabeza.

Me ha gustado ese paso por su vida desde la infancia para conocer de donde le nace ese amor por ese arte tan peligroso. Y cómo va organizando todo para la obra maestra final en las desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York. Lo cierto es que Zemeckis se lo ha currado bastante para recrearlo con todo detalle.

No me ha gustado el actor que lo interpreta, cuestión de gustos, ni tampoco que el protagonista cuente la historia porque le quita todo el suspense al momento clave de la historia. Aún así entretenida cinta de un hecho grandioso.