Para mi prometía y mucho después de leer el reparto, el cual es una engaña bobos. Porque un tipo como Pedro Casablanc que tenga esos minutos en pantalla tan desaprovechados y que le den el protagonismo a un soso e infumable, Javier Rey, es de locos. Y mira que me gusta bastante como actúa, pero creo que se ha contagiado del desastre general.


Si el guión está basado en una novela, habría que preguntarle a la escritora en qué estaba pensando cuando se decidió a escribir esto. La película bebe de muchas fuentes, quiere contar muchas cosas, tocar muchos palos y el resultado es un caos sin pies, ni cabeza.

El principio prometía mucho, con recuerdos a El Resplandor, incluyendo a niñas de por medio, pero muy cutres la verdad. Las chavalas no tendrán culpa, pero les ha quedado un trabajo penoso. Pobres criaturas, se recuperarán...o no.

Por otro lado vemos un guiño al cine del gran Chicho Ibáñez Serrador y más en concreto de su peli ¿quién puede matar a un niño? Y la verdad es que se te queda mal cuerpo, al menos a mí, cuando incluyes a niños. La casa solitaria, los aullidos de noche, esos ruidos extraños, ese ser encerrado, el comportamiento de los pueblerinos, hablando con monosílabos, la señora ciega que adivina todo. Hay un conjunto de mimbres interesante para sacar una buena película adelante.

La cosa es que no va por donde uno espera, ni tan siquiera se le acerca. De repente todo comienza a volverse muy falto de interés y ya para rematar la faena, el último cuarto donde se resuelve todo de forma absurda, pero rozando lo ridículo. No creo que haya contentado a nadie, ni tan siquiera entretenido.

No pierdan el tiempo, me lo agradecerán.