Una película supuestamente seria, de ciencia ficción, de un futuro hipotético, a veces parece una parodia, como esas de escuelas de policías y tal. Cuando se presentan los agentes en la casa del primer futuro asesino saltando por el techo de cristal justo encima del catre de los futuros asesinados, tirando cientos de kilos de vidrio encima de los que iban a salvar, y sin que sufran un rasguño, ya es un anticipo de lo que nos espera.

Las persecuciones cómicas, un fulano, supuesto médico, que vive en una verdadera pocilga, que opera de los ojos al protagonista, que tiene ojos a trasplantar dentro de bolsas sucias de plástico, unos ojos que se caen y ruedan como canicas mientras suena música de peli de el Gordo y el Flaco, un programa de interés nacional, que depende de 3 seres con tara mental que cuando mueran, con ellos se acaba el programa...

Aunque la historia sea "increíble" como todas las de ciencia ficción, la trama debería de ser creíble, ya que, en caso contrario se hace absurda y, como es esta película, una verdadera gilipollez.

La idea podría ser buena, pero la película es muy mala. Malísima...