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España España · Zaragoza
Voto de Iguazel:
10
Bélico. Drama En lo más crudo de la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos, Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman) reciben una misión aparentemente imposible. En una carrera contrarreloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que evitará un mortífero ataque contra cientos de soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.
20 de enero de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se estrena la última película de Sam Mendes que hace la numero nueve desde que rodara en 1999 American Beauty ganando un Oscar, y la primera en la que ha participado en la escritura del guion. Una carrera llena de éxitos, en la que su ultima obra no desmerece en absoluto.
La historia es sencilla y recuerda en cierto modo a Salvad al Soldado Ryan de Spielberg, pero a nuestro modo de ver más lograda. Nos cuenta cómo durante la Primera Guerra Mundial a dos soldados británicos en territorio francés y en medio de las trincheras, se les encomienda una misión. Lo que sigue a continuación, es una aventura vibrante y emocionante en la que seguimos a estos dos soldados.
La película está rodada en prácticamente un sólo plano secuencia, con el que sigue en todo momento las vicisitudes de los protagonistas, pero a diferencia de otras obras que han hecho de este recurso estilístico, como era el caso de El Arca Rusa de Alexander Sokurov, un medio que dominaba la narración y se imponía sobre ella de forma manierista, aquí la cámara está en todo momento al servicio de la historia, nunca se convierte en protagonista y si no estamos atentos en seguida dejamos de darnos cuenta de que hay un solo plano. Tiene la gran habilidad de seguir a los protagonistas cuando interesa, terminar en primeros planos de sus rostros o de detalles de la narración cuando conviene o de dejarlos al margen para contarnos lo que está sucediendo en torno ellos. Consigue así un ritmo tremendamente ágil y a la vez permite a los actores ofrecer una interpretación ajustada a cada circunstancia. Lejos de ser un recurso efectista, la narración en una sola toma, dota al film de un ritmo especial que sabe interrumpir en momentos claves para serenar la historia y contar algunas hechos paralelos y emotivos como la escena de los soldados cantando antes de la ofensiva, o hacer apuntes de fina psicología cuando un oficial le advierte de la forma en la que debe entregar el mensaje.
Además, Sam Mendes no deja en ningún momento de subrayar el horror que fue la guerra de trincheras, las diferencias entre los oficiales y la tropa y el absurdo que en general son las contiendas bélicas, pero al igual que con el uso de la cámara, tampoco aquí hay ningún subrayado innecesario, simplemente consigue que se desprenda de la mera observación de la historia. En el aspecto de la interpretación hay que destacar, junto a los dos soldados protagonistas, George MacKay y Dean-Charles Chapman, grandes actores que han aceptado intervenir en breves papeles como Colin Firth o Benedict Cumberbatch. La música a cago de Thomas Newman es magnífica y sabe acompañar en todo momento el ritmo de la narración.
Empieza y termina de la misma forma apacible, en la que vemos el primer plano de un hombre descansando en el campo y disfrutando de lo que parece ser un paisaje maravilloso, pero enseguida vemos cómo se transforma todo y a continuación conocemos el horror. Nos encontramos en definitiva con una magnífica película extraordinariamente entretenida, que consigue mantener un ritmo trepidante a lo largo de casi todo el metraje de dos horas de duración y que nos deja una conciencia clara del absurdo de todas las guerras.
Como colofon a lo dicho hasta aquí, la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood la han premiado con dos Globos de Oro 2020, el de la Mejor Película Dramática y el de Mejor Director. (9,5/10)

(Esta crítica la podéis leer en El Cine en la Sombra)
Iguazel
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