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España España · Santander
Voto de burton:
9
Comedia Fielding Mellish (Woody Allen) es un torpe y tímido catador de productos que, abandonado por su novia, la sensual y atractiva Nancy, decide cogerse unas vacaciones y pasarlas en la pequeña República de San Marcos. Pero lo único que consigue es verse envuelto en un sinfín de líos burocráticos en un país dominado por la guerrilla. Todo se complica aún más cuando, después de la conquista del poder por los guerrilleros, su líder se vuelve ... [+]
16 de julio de 2006
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera cinta en la filmografía del genio judío neoyorkino, donde se continúa perfilando el personaje standard de sus películas, del mismo modo a como Charles Chaplin perfiló su inolvidable Charlot, o Groucho Marx caricaturizó el suyo propio.

Algunos dicen que efectivamente Allen caricaturizaba su propia persona, creando uno de los monstruos fílmicos más interesantes del séptimo arte.

En Bananas nos encontramos con el monstruo creador e inconteniblemente prolífico que jamás haya existido. Los diálogos cortantes, secos, definitivamente sardónicos, mordaces e incisivamente irónicos plagan esta maravillosa película del año 1973, en un tiempo donde la estética era otra, la de policías corruptos, atracos, mafias gangsteriles y violencia claroscura y gradualmente acercándose al posterior ritmo narrativo del videoclip, tan típico en los 90.

En aquel entonces empezaba a emerger como una leve detonación percutida, un tipo de cine que supuso la continuación con ahínco de otr que empezaba ya a languidecer, el cine denso, de diálogos con dobles sentidos y que alentaban las mentes del espectador, aunando entretenimiento e intelecto, sin mermar por ello si quiera un ápice de creatividad artística.

Fueron los últimos estertores de un cine que había sido glorioso, y que de la mano de Allen volvería a revivir antiguos fastos y loas varias.

Cada situación de la vida por grandilocuente que fuera, Allen la retomaba como pedazos deformados de un universo caleidoscópico y la devolvía al espectador en forma de sutiles,gozosos y deleitables pasajes de ensueño sublimes...

Una hora y veinte minutos de metraje, donde se nos presentan multitud de situaciones de las que Allen se vale como subterfugio para denunciarlas, mientras al mismo tiempo se ríe y nos hace reir de ellas. Y todo al ritmo fusionado del caribeño "Yo quiero la noche" del The Yomo Toro Trío.

LOS COMIENZOS. I M P R E S C I N D I B L E S.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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