Media votos
8,9
Votos
453
Críticas
311
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de burton:
9
6,5
14 897
Comedia
Fielding Mellish (Woody Allen) es un torpe y tímido catador de productos que, abandonado por su novia, la sensual y atractiva Nancy, decide cogerse unas vacaciones y pasarlas en la pequeña República de San Marcos. Pero lo único que consigue es verse envuelto en un sinfín de líos burocráticos en un país dominado por la guerrilla. Todo se complica aún más cuando, después de la conquista del poder por los guerrilleros, su líder se vuelve ... [+]
16 de julio de 2006
11 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera cinta en la filmografía del genio judío neoyorkino, donde se continúa perfilando el personaje standard de sus películas, del mismo modo a como Charles Chaplin perfiló su inolvidable Charlot, o Groucho Marx caricaturizó el suyo propio.
Algunos dicen que efectivamente Allen caricaturizaba su propia persona, creando uno de los monstruos fílmicos más interesantes del séptimo arte.
En Bananas nos encontramos con el monstruo creador e inconteniblemente prolífico que jamás haya existido. Los diálogos cortantes, secos, definitivamente sardónicos, mordaces e incisivamente irónicos plagan esta maravillosa película del año 1973, en un tiempo donde la estética era otra, la de policías corruptos, atracos, mafias gangsteriles y violencia claroscura y gradualmente acercándose al posterior ritmo narrativo del videoclip, tan típico en los 90.
En aquel entonces empezaba a emerger como una leve detonación percutida, un tipo de cine que supuso la continuación con ahínco de otr que empezaba ya a languidecer, el cine denso, de diálogos con dobles sentidos y que alentaban las mentes del espectador, aunando entretenimiento e intelecto, sin mermar por ello si quiera un ápice de creatividad artística.
Fueron los últimos estertores de un cine que había sido glorioso, y que de la mano de Allen volvería a revivir antiguos fastos y loas varias.
Cada situación de la vida por grandilocuente que fuera, Allen la retomaba como pedazos deformados de un universo caleidoscópico y la devolvía al espectador en forma de sutiles,gozosos y deleitables pasajes de ensueño sublimes...
Una hora y veinte minutos de metraje, donde se nos presentan multitud de situaciones de las que Allen se vale como subterfugio para denunciarlas, mientras al mismo tiempo se ríe y nos hace reir de ellas. Y todo al ritmo fusionado del caribeño "Yo quiero la noche" del The Yomo Toro Trío.
LOS COMIENZOS. I M P R E S C I N D I B L E S.
Algunos dicen que efectivamente Allen caricaturizaba su propia persona, creando uno de los monstruos fílmicos más interesantes del séptimo arte.
En Bananas nos encontramos con el monstruo creador e inconteniblemente prolífico que jamás haya existido. Los diálogos cortantes, secos, definitivamente sardónicos, mordaces e incisivamente irónicos plagan esta maravillosa película del año 1973, en un tiempo donde la estética era otra, la de policías corruptos, atracos, mafias gangsteriles y violencia claroscura y gradualmente acercándose al posterior ritmo narrativo del videoclip, tan típico en los 90.
En aquel entonces empezaba a emerger como una leve detonación percutida, un tipo de cine que supuso la continuación con ahínco de otr que empezaba ya a languidecer, el cine denso, de diálogos con dobles sentidos y que alentaban las mentes del espectador, aunando entretenimiento e intelecto, sin mermar por ello si quiera un ápice de creatividad artística.
Fueron los últimos estertores de un cine que había sido glorioso, y que de la mano de Allen volvería a revivir antiguos fastos y loas varias.
Cada situación de la vida por grandilocuente que fuera, Allen la retomaba como pedazos deformados de un universo caleidoscópico y la devolvía al espectador en forma de sutiles,gozosos y deleitables pasajes de ensueño sublimes...
Una hora y veinte minutos de metraje, donde se nos presentan multitud de situaciones de las que Allen se vale como subterfugio para denunciarlas, mientras al mismo tiempo se ríe y nos hace reir de ellas. Y todo al ritmo fusionado del caribeño "Yo quiero la noche" del The Yomo Toro Trío.
LOS COMIENZOS. I M P R E S C I N D I B L E S.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Los periodistas de la cadena "Deportes Mundiales" cubren en directo la caída del mandatario de una pequeña república latinoamericana llamada San Marcos, especialiazada en "la exportación de disentería" y la producción de plátanos.
Casi en el mismo instante cubren también la autoproclamación del general Emiliano Molina Vargas (Carlos Montalbán)como jefe supremo de la República, una nueva forma de gobierno militar.
Mientras en Nueva York, Fielding Mellish, un judío hijo de un prestigioso cirujano y una enfermera, decidió abandonar a los dos días sus estudios universitarios para probar fortuna en el mundo de los inventos, trabajando para la firma General Equipment como cobaya para los experimentos (todo un guiño a la inólvidable secuencia de la película "Tiempos Modernos" de Charles Chaplin), ya sean éstos intrumentos para hacer deporte mientras se trabaja, o tapas de bazas calientes para tiempos invernales..
Lo cierto es que al margen de todo ello Fielding encuentra dificultades para mantener relaciones con el sexo opuesto,...hasta que una vez alguien le llama al timbre y se presenta como una persona próxima a la revolución pacífica en el mundo...
Allen lucha por conseguir su amor (el de esta pacifista llamada Nancy e interpretada por Louise Lasser) aunque para ello tenga que fingir ser él también una persona preocupada por los problemas en el mundo; "...viajar a estar co la causa pigmea en África, o con los leprosos en una leprosería"...
Lo cierto es que a Nancy no le llena Fielding, porque no le ve lo suficientemente comprometido con la causa, y sí inmaduro sexual, social e intelectualmente, así que decide poner punto y final a la relación...
Fielding no se da por vencido y para ganar puntos viaja a San Marcos para buscar un bagaje con el que reconquistar a Nancy. Allí comienzan una serie de disparatadas situaciones que harán las delicias del espectador y que servirán a Allen también para mofarse de los dos bandos estándares en este tipo de situaciones revolucionarias; por un lado el régimen dictatorial militar instaurado en el gobierno de Vargas, y por otro los revolucionarios subversivos al mando del comandante Expósito de tendencias filocomunistas que al final sucumbirán por sus luchas intestinas por hacerse con las riendas y traicionarán su causa revolucionaria.
Y Allen se mofa de ambos bandos contendientes, al hacer víctima de ambos al pobre Fielding, quien al final, las circunstancias le llevarán al "estrellato", parodiando en la escena final a John Lennon y Yoko Ono.
Casi en el mismo instante cubren también la autoproclamación del general Emiliano Molina Vargas (Carlos Montalbán)como jefe supremo de la República, una nueva forma de gobierno militar.
Mientras en Nueva York, Fielding Mellish, un judío hijo de un prestigioso cirujano y una enfermera, decidió abandonar a los dos días sus estudios universitarios para probar fortuna en el mundo de los inventos, trabajando para la firma General Equipment como cobaya para los experimentos (todo un guiño a la inólvidable secuencia de la película "Tiempos Modernos" de Charles Chaplin), ya sean éstos intrumentos para hacer deporte mientras se trabaja, o tapas de bazas calientes para tiempos invernales..
Lo cierto es que al margen de todo ello Fielding encuentra dificultades para mantener relaciones con el sexo opuesto,...hasta que una vez alguien le llama al timbre y se presenta como una persona próxima a la revolución pacífica en el mundo...
Allen lucha por conseguir su amor (el de esta pacifista llamada Nancy e interpretada por Louise Lasser) aunque para ello tenga que fingir ser él también una persona preocupada por los problemas en el mundo; "...viajar a estar co la causa pigmea en África, o con los leprosos en una leprosería"...
Lo cierto es que a Nancy no le llena Fielding, porque no le ve lo suficientemente comprometido con la causa, y sí inmaduro sexual, social e intelectualmente, así que decide poner punto y final a la relación...
Fielding no se da por vencido y para ganar puntos viaja a San Marcos para buscar un bagaje con el que reconquistar a Nancy. Allí comienzan una serie de disparatadas situaciones que harán las delicias del espectador y que servirán a Allen también para mofarse de los dos bandos estándares en este tipo de situaciones revolucionarias; por un lado el régimen dictatorial militar instaurado en el gobierno de Vargas, y por otro los revolucionarios subversivos al mando del comandante Expósito de tendencias filocomunistas que al final sucumbirán por sus luchas intestinas por hacerse con las riendas y traicionarán su causa revolucionaria.
Y Allen se mofa de ambos bandos contendientes, al hacer víctima de ambos al pobre Fielding, quien al final, las circunstancias le llevarán al "estrellato", parodiando en la escena final a John Lennon y Yoko Ono.