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3
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6,1
13 626
Terror. Thriller. Drama
España, años 50. Montse (Macarena Gómez) ha perdido su juventud cuidando de su hermana pequeña, con la que vive en un siniestro piso del centro de Madrid. Tras la muerte de su madre, su padre (Luis Tosar) huyó cobardemente dejándolas solas. Montse padece agorafobia pero no lo sabe y se esconde de la vida, entre cuatro paredes, volviéndose cada vez más obsesiva y desequilibrada. Trabaja de costurera y el único eslabón que la une con la ... [+]
5 de diciembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo que creía que la presente película era de este 2020, me sorprendí al ver a una Nadie de Santiago como más juvenil y atractiva, mucho más que en "Las chicas del cable" (2017-2020), donde se la ve más mayorcilla. Lo que hace el peinado o el look, que la moda de los veinte es rematadamente fea. Pero si parece una niña con esas trenzas que me lleva al principio, como que aparenta tener dieciocho años cuando en realidad andaba en los treinta. Pero no, resulta que la película es del 2014, así que eso lo explica todo y en realidad estaba sobre las 24 primaveras. Y siguiendo con las fechas, nos cuentan que "Musarañas" se ambienta en los años cincuenta, para ser exactos en 1950, lo que no está mal como época para una cinta de terror o thriller psicológico, aunque yo hubiera preferido los setenta o en su defecto, los años cuarenta. Qué le vamos a hacer.
Entrando en harina, la propuesta de Juanfer Andrés y Esteban Roel, con el permiso de un Álex de la Iglesia que como productor ha imprimido completamente su sello al producto final, es una película que argumentalmente es un refrito cruzado entre "Misery" (1990) y "El seductor" (1971). Peor es que la intriga que genera es cero, en tanto que desde el primer momento ya sabemos lo que ha pasado, y tampoco es acertado el intento de empatizar con el/la villano/a. Este pasteleo con gente que mata de esa manera a esas víctimas me revuelve el estómago (SPOILER). Con todo, lo más grave es que el guión es chapucero en tanto que se sostiene en varios errores graves como con acierto nos señalan algunos usuarios de esta página, como Paranoid, Sodapop o Amelie Melon. Para mí, está mal concebida como idea, no es lógica y además el final inconcluso es una parida.
Entrando en harina, la propuesta de Juanfer Andrés y Esteban Roel, con el permiso de un Álex de la Iglesia que como productor ha imprimido completamente su sello al producto final, es una película que argumentalmente es un refrito cruzado entre "Misery" (1990) y "El seductor" (1971). Peor es que la intriga que genera es cero, en tanto que desde el primer momento ya sabemos lo que ha pasado, y tampoco es acertado el intento de empatizar con el/la villano/a. Este pasteleo con gente que mata de esa manera a esas víctimas me revuelve el estómago (SPOILER). Con todo, lo más grave es que el guión es chapucero en tanto que se sostiene en varios errores graves como con acierto nos señalan algunos usuarios de esta página, como Paranoid, Sodapop o Amelie Melon. Para mí, está mal concebida como idea, no es lógica y además el final inconcluso es una parida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Partiendo de la idea de nuestros progresistas y feministas actuales de que el malo es siempre el hombre, blanco, heterosexual y encima aquí además franquista, se supone y la supuesta fuga de Madrid en 1936 sin levantar sospechas así parece confirmarlo, es fácil deducir de que violaba a su hija y que además la niña (Nadia de Santiago) sería la hija de su presunta hermana, a su vez víctima de los abusos paternos. Por eso queda al final como casi buena, como si no importaran sus asesinatos.
Por lo demás, esta historia flaquea en cuanto se empeñan en empoderar a las mujeres con el agravante de que al prescindir del poder masculino, lo que hacen es hacer las idiotas. A nadie y especialmente a la niña que tiene un comportamiento de lo más estúpido donde todo el metraje, se le ocurre avisar a la policía, a un vecino o a un médico, pero esto no lo hacen para no recurrir a los hombres y ser ellas las que manejen el cotarro, solucionen sus problemas y sean las heroínas o villanas del relato, todo a costa de la credibilidad del mismo, de la inteligencia y de las víctimas mortales que crean sus torpes decisiones.
Por lo demás, esta historia flaquea en cuanto se empeñan en empoderar a las mujeres con el agravante de que al prescindir del poder masculino, lo que hacen es hacer las idiotas. A nadie y especialmente a la niña que tiene un comportamiento de lo más estúpido donde todo el metraje, se le ocurre avisar a la policía, a un vecino o a un médico, pero esto no lo hacen para no recurrir a los hombres y ser ellas las que manejen el cotarro, solucionen sus problemas y sean las heroínas o villanas del relato, todo a costa de la credibilidad del mismo, de la inteligencia y de las víctimas mortales que crean sus torpes decisiones.