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3
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción Año 2029. En una misión rutinaria, el astronauta Leo Davidson (Mark Wahlberg) pierde el control de su nave y aterriza en un extraño planeta, que está gobernado por una raza de simios cuya inteligencia es similar a la de los seres humanos, a los que, sin embargo, tratan como si fueran animales. Con la ayuda de una chimpancé (Helena Bonham-Carter) y de un pequeño grupo de rebeldes, Leo encabeza una rebelión contra el poderoso ejército ... [+]
15 de septiembre de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Da hasta rabia contemplar como los avances técnicos que mejoran enormemente la presentación de una película se desperdician por el vacio más absoluto de los elementos puramente cinematográficos. Por ejemplo, el maquillaje de los simios es excelente y algunos efectos especiales como los aterrizajes o el diseño de la propia nave están bastante bien conseguidos. Pero empiezan los primeros minutos y uno capta enseguida el tono irrelevante de producto prescindible y superficial que caracteriza al cine actual, como si Tim Burton te estuviera diciendo: "Mira que chorrada te estoy contando".

No nos engañemos, "El Planeta de los simios" es una parida de principio a fin, llena de incongruencias, disparates, secuencias absurdas, falto de guión, diálogos e interpretaciones. Tal vez lo único bueno sea Tim Roth (gran actor y gran villano) y Estella Warren (¿es acaso actriz?). Y bueno, reconozcamos que tiene cierto ritmo, hay acción y a la postre entretiene. Tal vez la cosa se hubiera podido arreglar en buena parte si Tim Burton no se hubiera decidido por uno de los triángulos más aberrantes de la historia del cine. A ver, Tim, salvo para zoofílicos, el que haya una atracción entre Leo Davidson (Mark Wahlberg) y Ari (Helena Bonham Carter), nos resulta algo vomitivo. Sin embargo, el romance entre Leo y Daena (Estella Warren) era casi obligado. Pues va Burton, y se decide por la primera opción de tal modo que entre Leo y Daena apenas cruzan un par de frases en toda la película. La guapísima Estella tiene que conformarse con poner caras, supuestamente celosa de Ari. Vaya desastre. De este modo la historia hace aguas por los cuatro costados. Si a eso le sumamos la pobreza asombrosa de diálogos, de reflexiones de los propios humanos que ni sienten ni padecen, nos sala una pifia de película.

Por otro lado, aquí van una serie de paridas que no consigo explicar mínimamente: los caballos, ¿de donde salen?; los humanos son completamente estúpidos ¿cómo se pueden dejar dominar por unos monitos?; humanos y simios hablan ¡la misma lengua! y además, ¿no resulta evidente que los humanos son inteligentes, tienen cultura, etc.? Pues van los monos y creen que son animales; el final, ¿tiene algún sentido? El propio Tim Roth confesó que no lo entendía y el director, que era simplemente para llamar la atención.

Entrando en lo puramente anecdótico, qué “monada” (nunca peor dicho) la niñita mascota humana, para comérsela. Parece una muñequita o una cachorrita. Cambiando de tema, el mono Pericles es un pedazo de actor, mucho mejor que Estella Warren (atención a cuando se lanza al lago, ¿a qué va? Si al final es para nada). Sin embargo, la exuberante rubia me tenía sorbido el seso. Qué pena que no se le de más protagonismo. Yo si fuera el director hubiera rodado esta "El Planeta de los Simios" en plan comedia romántica, con Mark Wahlberg detrás de Estella. Menudo morbazo. O en todo caso, sólo de acción, pero que haya una historia de amor entra ambos. Sólo es diré una cosa. Ese final tan soso y estúpido que nos ofrece Burton lo hubiera trocado por otro más intenso. Además, una pregunta, ¿en la nave caben dos personas? Yo creo que si. Yo soy Mark Wahlberg y le digo: "Siéntate aquí encima mía y te vienes conmigo, que hay espacio para dos". Aunque estemos achuchados.
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