Decía Hobbes, y ya antes que él, Plauto y en latín que queda más fino, aquello de "El hombre es un lobo para el hombre". Y añado yo, o mejor, Brian De Palma, pues anda que la mujer para las de su mismo sexo. Este es el núcleo de esta cinta, los ataques tan injustificados como crueles de las compañeras de clase a Carrie (Sissy Spacek) que encima tiene que sufrir la presencia de una madre fanatizada, Margaret (Piper Laurie), por cierto ambas nominadas al Oscar por sus buenas actuaciones. Claro que los presuntos adolescentes son ya mayorcitos. El más joven sería John Travolta que estaría sobre los 22 años y la más mayor, la propia Sissy Spacek, sobre los 27. Sea como fuere, el argumento sería un calco de "Las vírgenes suicidas" si no hubiera un componente paranormal que es el que hace que el drama acabe dando paso al terror, sorprendentemente eficaz.

Aunque desde el principio parezca una cosa juvenil e inocente hay algo malsano, reforzado por la figura de la madre y su nefasta influencia sobre la hija. En este sentido, alguno podrá pensar que hay una crítica a las creencias religiosas a lo que respondo que son las personas las que hacen las creencias y no al revés. Es decir, las personas paranoicas pueden utilizar una fe como cualquier ideología o creencias de lo más variopintas, por ejemplo, extraterrestres, para poder confirmar sus delirios. Volviendo al tema, ese ambiente de rivalidad femenina nos depara una recta final terrorífica lo cual tiene mucho mérito siendo "Carrie" tan antigua y habiendo visto tanto cine de miedo. En concreto hay una secuencia que me puso la piel de gallina (SPOILER). En fin, una pionera del género cuya influencia en clásicos como "Viernes 13" o "Pesadilla en Elm Street" es evidente.