Puede sonar a tonto, pero lo realmente difícil, cuando se hace desde Occidente una película ambientada en Oriente, es desembarazarse de los clichés usuales y hacer algo realmente distinto, no es éste el caso, pero en fin, vistas otras experiencias, la de Scorsese no es de las peores precisamente.

Lo mejor de la película, la dirección de Scorsese, y la narración de unos hechos históricos como fueron la invasión del Tibet por la China de Mao y la impotencia para resistir, y por último el exilio del último Dalai Lama, todo ello bastante bien reflejado.

Lo peor, la cara de cartón de Mao (debe ser un exceso de maquillaje para que el actor se pareciese lo más posible al personaje histórico), y también bastante cartón que se ve cuando se intenta recrear en la pantalla la cadena del Himalaya, sólo son unos segundos, pero queda bastante cutre.