Aunque sea una película por encargo, hoy en día refleja con crudeza y realidad descarnada todo el sinsentido de las tropas alemanas a su paso por aldeas y tierras bielorúsas. Algo que ha estado ahí, y a lo que no se ha dado mucha publicidad.
La cinta es un viaje a la locura, es una transgresión a la psique de una mirada inocente, y todo lo que eso conlleva. Posiblemente en su género sea una de las películas más duras que haya visionado.
El hecho de ser una obra auspiciada por un estado totalitario o de mostrar un punto de vista ideologicamente sesgado no resta los valores intrínsecos que en su interior atesora y que no son pocos, como también sucedía con otras obras clásicas del séptimo arte como El Acorazado Potemkin (1925) de Sergei M. Eisenstein, El Nacimiento de Una Nación(1915) de D.W.Griffith o la perturbadora El Triunfo de la Voluntad (1935) de Leni Riefenstahl, de las que se podía (y a veces hasta debía) poner en duda su mensaje o subtexto pero no sus hallazgos dentro del lenguaje cinematográfico.

Tengo que decir que Masacre ven y mira me ha impresionado. Tendría que volver a visionarla para hablar en profundidad de ella.
Es una odisea, como dije antes, y la destrucción de adolescencia de un niño, quedando su mundo hecho añicos con un mensaje sin esperanza alguna, un camino sin retorno. Nadie volverá a ser el mismo después de la mayor guerra de todos los tiempos. Masacre: Ven y Mira me hace perder casi toda la esperanza en mi raza y me vuelve más huraño, misántropo, nihilista, descreído. El ser humano es un cáncer para este planeta, un lobo para sí mismo que no hace otra cosa que dejar un rastro de pena, dolor, muerte y sufrimiento allá por donde pasa. Llego a pensar que nuestra extinción, que desaparezcamos de la faz del planeta Tierra, sería lo único que le permitiría sobrevivir y que la vida misma no perdería mucho si nos dejara definitivamente fuera de la ecuación del universo.

La realización y el montaje son impresionantes, algo que jamás hayamos vistos, con una profundidad de campo, con travellings magistrales y un uso adecuado de cámaras con lentes de aproximación dividida. Con un formato casi de documental, un naturalismo sucio y crudo.`

La película es un viaje a la locura en el sentido más amplio de la palabra. No pienso que sea una película bélica en sentido estricto, va más allá. Es un tratado sobre el lado más oscuro y terrible y cruel del ser humano. Toda la maldad que el hombre guarda en su interior, y a veces sale a la luz, mostrando para su desgracia y para los que le rodean su crueldad demoníaca. La demencia humana reflejada en los ojos del protagonista, de una manera mas desgarradora que se haya visto en la pantalla. Los primeros planos del rostro de Florya no son gratuitos, en sus ojos podemos ver lo deshumanizado, la muerte, un viaje al infierno, esos ojos son el testimonio de una guerra que se cobró la vida de millones de personas y que destrozó la existencia a los que sobrevivieron. LA TEZ DE LA MUERTE.
Sinceramente, el visionado de esta cinta es un auténtico calvario.

La película es la perdida de la inocencia. una inocencia desgarrada, violada, quemada, mutilada, y mil veces vilipendiada, ofreciendo imágenes difícil de olvidar, quedándose grabadas en la retina.
Masacre: Ven y Mira hace el retrato más duro jamás visto del nazismo durante la segunda guerra mundial pero curiosamente no vemos a un sólo soldado del ejército alemán hasta los 90 minutos de metraje. Cuando por fin los hombres de Adolf Hitler entran en escena, la locura colectiva que se apodera de ellos, con unos actos de brutalidad que llevan a cabo nunca reflejados de manera explícita o gráfica. Unos actos que llegan a ser tan inhumanos que hasta la cámara parece estar infectada de manera vírica por la demencia. IMPRESIONANTE.
La película es propagandística bajo el control de la URSS, pero no habla de crímenes llevados a cabos por el ejército ruso, ni hace mención a matanzas llevadas a cabo por los sovíeticos como la de Katyn, pero ciertamente aunque reprobable esto no resta entereza o hallazgos a la poderosa naturaleza de la cinta.
Es una gran experiencia que me ha producido un malestar psicológico, despertando grandes sensaciones en mí. Una película que no te deja indiferente, y te hace pasar un mal rato.
Sinceramente no me atrevo a recomendársela a nadie, ya que la película es espeluznante, dura, pero a la misma vez extraordinaria.

Una obra maestra con todas las letras. Podría seguir hablando de ella, pero creo que todo está dicho, es un gran alegato potente y sin fisuras contra toda guerra.