Espectacular, increible, inaudita, hiperviolenta, podría dejarme los dedos tecleando adjetivos para esto, pero no lo voy a hacer. Este filme de género indefinible (o ante todo complejo) refleja creo, todos y cada uno de los traumas que puede tener un ser humano, desde el personaje de Nao Omori (Ichi) y el personaje de Tadanobu Asano (Kakihara, en la portada), crean un abanico infinito de traumas y problemas psicológicos, que en caso de ser tratados, harían del psiquiatra una persona muy muy muy rica... Un detalle que comentar y del que mis amigos y yo nos hemos dado cuenta, tras visionar varias películas de este genio japonés, es que en varias usa la misma azotea (donde se desarrolla la escena final) y que hemos bautizado como "La Azotea de Ichi", asi que todos aquellos que quieran comprobarlo, teneis que ver más Miike.