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Voto de RobertWalser09:
5
Thriller. Drama El marchante americano Tom Ripley (Hopper) intenta poner a prueba la integridad de Jonatham Zimmermann, un humilde fabricante de marcos (Bruno Ganz) que padece una enfermedad terminal. Ripley le presenta a un gánster que le ofrece mucho dinero a cambio de que trabaje para él como asesino a sueldo. En un principio rechaza la oferta, pero, al pensar en el precario futuro que espera a su mujer y a su hijo después de su muerte, acaba aceptando el trato. (FILMAFFINITY) [+]
28 de marzo de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo no soy ni seré director de cine. Desde este punto de vista no podré nunca saber los porque de una u otra elección formal de una peli sea mejor o peor, a un nivel como si podría decir quien entre un Messi o un Maradona.
Juzgo la historia. Hablo por la emoción y la sensación que me transmitió y el cómo. La atmosfera ni siquiera tiene ese aire de noir o thriller, ni aquel tranche de vie del período político alemán, ya que claro, que no era necesario mostrar porque está rodada dentro del mismo. La historia, que no va enseguida al grano, (como decía Jonathan Franzen) es demasiado creíble pero Bruno Ganz, justo en el meollo de la historia, es demasiado ingenuo y no trasmite ninguna tensión moral entre las dos "cartas" que les toca elegir. La premisa sería que: como todos somos seres mortales, bastaría buscar a los viejitos de noventa años, o a los enfermos terminales y proponerles de ser mercenarios bien pagados para dejarle una gran herencia a sus nietos. Segundo, con frialdad hace todo lo que le dicen; se las cree todas. Por otro lado los personajes malvados o nihilistas de pacotilla no logran trascender con ningún gran cínico pensamiento, al contrario, son banales pero no meten miedo como la veradera banalidad estilo americano. (Todos hablan de la banalidad del mal pero nadie de la maldad de la banalidad cotidiana). Solo el mercader, que con un grabador pretende dejar grabado, vaya uno a saber que nueva receta para las empanadas, como si fuera el Kurtz de Heart of Darkness de una placita de juegos. Sin golpe de escena. En definitiva, bastante ingenua como adaptación de la novela Ripley, de la Highsmith. En las otras dos versiones, la de Delon y Matt Damon por lo menos nos parecen personas de carne y hueso con algo de psicología. Aquí solo autómatas sin alma.
RobertWalser09
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