¿Sabéis esas películas que empezáis a ver y pensáis: esto lo había visto ya antes? Pues lo mismo me ha ocurrido con esta cinta.
Después de haber visto "La profecía", "Rosemary's baby" o "La huérfana", el género de "niños cabroncetes" parece que poco nos puede ofrecer ya.
La verdad que siento debilidad por este tipo de películas, en el que el peligro y el miedo se personifica en un niño, tal como ocurrió en "Eden lake", "¿Quién puede matar a un niño?" o "El pueblo de los malditos", pero es que esta película roza el verdadero el tedio, peca de poco original y es aburrida, muy aburrida. Y ello es por la falta de ritmo de la película, un ritmo muy tranquilo, máxime cuando sabemos de primer punto (sólo leyendo el título) que el niño es un pequeño monstruito que le intenta hacer la vida imposible a su familia, a partir de ahí, ¿qué más nos quiere contar la película? Nada más, hasta los dos minutos finales, que puede ser lo que haga de esta película un título regular y no uno muy malo.
Poco pueden hacer con todo esto Vera Farmiga y Sam Rockwell, que, a pesar de sus impecables interpretaciones, poco pueden salvar, sobre todo cuando el protagonismo de la película se centra en el niño, que es odioso desde el minuto uno. El personaje de la madre también se me hace muy molesto, sólo le encuentro el fundamento de su presencia en ser una de las razones por las que el ambiente doméstico se va crispando, por todo lo demás, me parece también una persona que hay que odiarla mucho desde que nos la presentan.
También uno de los puntos que salvo es la banda sonora que nos hace trasladar a la agobiante atmósfera que están viviendo los personajes y el protagonismo que tiene el piano en la película.

Para mí, los fallos han sido el argumento tan poco original, el ritmo tan lento que tiene la película, algunos personajes que son molestos y ese regusto a película de domingos de la tarde que te queda después de verla. Plana y muy MUY olvidable.