Mi placer culpable por las cintas de serie B me llevó hasta esta producción de la que leí que intentó estrenarse en los cines y menos mal que no fue así, porque no creo que hubiesen ganado millones precisamente.

De la historia poco hay que decir que no se haya dicho en la sinopsis cuando se lea, un adolescente hiper musculado (Jon Mikl Thor) es atropellado y resucitará buscando ajustar cuentas y no son las del balance contable de final de año. Entre quienes busca venganza están unos jovencísimos Tia Carrere y Shawn Levy, quien años más tarde fue director de cintas como la trilogía de 'Noche en el museo', 'Acero puro' o algunos episodios de 'Stranger Things'; un Shawn Levy que interpreta a un personaje salido de los años dorados de Callejeros quien está pidiendo un par de hostias desde su primera aparición en el filme por su desmesurada chulería y su facilidad de buscar pelea con un aspecto muy ochentero, desentonando con los demás miembros de la pandilla basura quienes parecen salidos del videoclip de 'Amo a Laura', aunque lanzándose al camino del mal.

Como miembro más destacado del reparto está Adam West, cuyos años de interpretar al hombre murciélago quedaron lejos interpretando aquí a un policía que tiene su razón de ser en esta narrativa de 'Sé lo que hicísteis el último verano' en versión B, de Basura. Porque eso es lo que es y de eso va todas estas líneas: la cinta es una porquería. Es una pena que el guion con unos hilos bien pensados entre pasado y presente se termine yendo a la mierda por unos actores muy mal dirigidos, algunas muertes muy ridículas y forzadísimas y un hedor durante todo el largometraje de que aún siendo lo mejor que habían rodado no llegaba ni siquiera al aprobado raspado.

Para Tia Carrere y Shawn Levy este proyecto no supuso un obstáculo muy serio, pues años más tarde pudieron progresar y tener unas filmografías más decentes, así que son la prueba de que todo es posible. Como curiosidad cutre puede tener un pase, aunque solo uno. Una vez vista está claro que solamente pega por lo visto en pantalla en una de esas noches de cerveza y pizzas con los amigos para echar unas risas porque apesta a cliché de terror de adolescentes por los cuatro costados.