En esta película únicamente muere una persona y no la mata Rambo sino que el tipo se cae al vacío desde un helicóptero. Por tanto no se trata de un film violento. El director quiso contar una historia seria, dramática, real y creíble. Pero Stallone metió mano en el guión para incorporar escenas de acción espectaculares, que fueran del agrado del público más joven y la verdad es que, aunque la película perdió la seriedad de su propuesta inicial, ganó en comercialidad. De ahí, que la segunda entrega fuese una mera excusa para que Stallone pudiera desfogarse a gusto haciendo todo lo que no hace en esta primera parte.

No es mala, aunque tampoco es una obra maestra, lo que sí es es muy entretenida. El mejor papel posible de Stallone junto con el de Rocky. Entre los secundarios podemos ver a un jovencísimo David Caruso, a Richard Crenna cuyo nombre quedaría desde entonces asociado al coronel Truman y a Brian Dennehy, un actor que a partir de entonces, coprotagonizó una serie de filmes muy taquilleros en la segunda mitad de los ochenta.

Destaca también la inolvidable banda sonora de Jerry Goldsmith y la bella fotografía de Andrew Lazslo.