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Voto de El Golo Cine:
7
![](https://filmaffinity.com/images/myratings/7.png)
6,4
5 843
Terror
Presuntamente basada en hechos reales, narra el relato de una madre soltera (Barbar Hershey) perseguida y violada por un ser demoniaco que acude a la ayuda de un psiquiatra (Ron Silver), pero él cree que todo está en su cabeza... (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2021
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The Entity (1982), dirigida por Sidney J. Furie, es una película de terror estadounidense que cuenta la historia de una mujer que es violada por las noches por un demonio invisible, que también ataca subrepticiamente la libertad y capacidad de gozar del personaje.
Por Nicolás Bianchi
En The Entity el monstruo, que en este caso es un espíritu invisible, bien podría representar a la sociedad que pone un sinfín de trabas en el camino de las mujeres que buscan llevar una vida independiente. Carla Moran (Barbara Hershey), la protagonista del film, tiene tres hijos de dos hombres diferentes, está separada y en una relación con un hombre con el que no convive, lleva adelante su hogar sola, trabaja hasta tarde y además estudia para poder conseguir un mejor empleo.
Su esfuerzo es mucho y sus jornadas son largas. A partir de la irrupción en su vida de un espíritu que, en principio, la ataca por las noches, todo va a ser más complicado. Carla está en su cuarto al final del día. Antes de acostarse se peina frente a un espejo y comienza a ponerse crema en una de sus piernas. De golpe siente que algo la toma, la lanza contra la cama y le oprime una almohada en la cabeza. La música que dispone Furie, una percusión electrónica que se percibe como si fueran golpes cada vez más intensos, completa la idea de que Carla está siendo penetrada.
El otro calvario que atravesará Carla tiene que ver con los hombres que participan de su vida. Con distintos grados de desconfianza nadie le cree. Quien primero la encuentra, gritando y con las piernas transpiradas, es su hijo mayor Billy (David Labiosa), un adolescente fanático de los autos. Hasta que más adelante el espíritu, en otra aparición, le lastima una mano, el joven desconfía de su madre.
Pero el personaje masculino que más vehementemente intentará poner orden en la vida de Carla no es su hijo sino su psiquiatra Phil Sneiderman (Ron Silver), un profesional de la salud que nunca confía del todo en su paciente ya que siempre intenta buscar la explicación científica para lo que ella atraviesa. Por momentos se trata de un personaje que trabaja en sincronía con el espíritu maligno que veja a Carla. Ambos la limitan y la asedian, por más que tengan distintas intenciones.
Todas las facetas femeninas de Carla son sojuzgadas. No es casualidad que el ataque del espíritu se registre en una mujer independiente, que trabaja y se forma para progresar, que además es madre en soledad, y que tiene una pareja que no ejerce ningún tipo de control sobre su vida. El espíritu la atacará más suavemente, por decirlo de alguna manera, una noche mientras duerme. Ese ataque provocará en Carla, que solo se despierta hacia el final de la escena, un orgasmo, lo que le genera un gran sentimiento de culpa. La capacidad de gozar será un aspecto más que se apropiará el invisible violador.
Por Nicolás Bianchi
En The Entity el monstruo, que en este caso es un espíritu invisible, bien podría representar a la sociedad que pone un sinfín de trabas en el camino de las mujeres que buscan llevar una vida independiente. Carla Moran (Barbara Hershey), la protagonista del film, tiene tres hijos de dos hombres diferentes, está separada y en una relación con un hombre con el que no convive, lleva adelante su hogar sola, trabaja hasta tarde y además estudia para poder conseguir un mejor empleo.
Su esfuerzo es mucho y sus jornadas son largas. A partir de la irrupción en su vida de un espíritu que, en principio, la ataca por las noches, todo va a ser más complicado. Carla está en su cuarto al final del día. Antes de acostarse se peina frente a un espejo y comienza a ponerse crema en una de sus piernas. De golpe siente que algo la toma, la lanza contra la cama y le oprime una almohada en la cabeza. La música que dispone Furie, una percusión electrónica que se percibe como si fueran golpes cada vez más intensos, completa la idea de que Carla está siendo penetrada.
El otro calvario que atravesará Carla tiene que ver con los hombres que participan de su vida. Con distintos grados de desconfianza nadie le cree. Quien primero la encuentra, gritando y con las piernas transpiradas, es su hijo mayor Billy (David Labiosa), un adolescente fanático de los autos. Hasta que más adelante el espíritu, en otra aparición, le lastima una mano, el joven desconfía de su madre.
Pero el personaje masculino que más vehementemente intentará poner orden en la vida de Carla no es su hijo sino su psiquiatra Phil Sneiderman (Ron Silver), un profesional de la salud que nunca confía del todo en su paciente ya que siempre intenta buscar la explicación científica para lo que ella atraviesa. Por momentos se trata de un personaje que trabaja en sincronía con el espíritu maligno que veja a Carla. Ambos la limitan y la asedian, por más que tengan distintas intenciones.
Todas las facetas femeninas de Carla son sojuzgadas. No es casualidad que el ataque del espíritu se registre en una mujer independiente, que trabaja y se forma para progresar, que además es madre en soledad, y que tiene una pareja que no ejerce ningún tipo de control sobre su vida. El espíritu la atacará más suavemente, por decirlo de alguna manera, una noche mientras duerme. Ese ataque provocará en Carla, que solo se despierta hacia el final de la escena, un orgasmo, lo que le genera un gran sentimiento de culpa. La capacidad de gozar será un aspecto más que se apropiará el invisible violador.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En el desenlace la protagonista se contacta con un grupo de parapsicólogos que intentan llevar adelante un estrambótico experimento para solucionar el problema. Si bien encuentra cierto apoyo en la científica que comanda el grupo, esas escenas son las más anodinas de la película, que intenta venderse como el relato de un caso real. En este caso es mucho más interesante su valor metafórico y alegórico en el que una mujer independiente sufre un intento de ser normativizada. Carla debía estar en su casa y tutelada por un hombre, por eso le pasan las cosas que le pasan. Lo que le sucede debe ser, sin lugar a dudas, un cuadro un cuadro de histeria.