Wenders consigue con Pina una obra sublime, una obra de arte con mayúsculas que va más allá de un documental biográfico, que va más allá de un homenaje a Pina Bausch y que va más allá de simplemente mostrar piezas de danza contemporánea en pantalla grande o formato cine.
Para quienes nos acercamos con curiosidad pero sin experiencia al mundo de la danza contempránea, esta obra consigue gracias a la técnica 3D utilizada, a los escenarios exteriores e interiores, a un movimiento de cámara ejemplar y a una dirección llena de fuerza, sensibilidad y cariño por lo que muestra.....algo que estoy seguro que la misma Pina Bausch le hubiera encantado crear...la fusión perfecta entre lo mejor de la danza y el cine.
Podriamos hablar que "el cine" en este caso es un mero instrumento o canal que Wenders utiliza para plasmar y homenajear la figura y obra de Pina, y así acercar el "mundo de Pina" a un público cada vez más amplio. Si este era el objetivo se ha cumplido con creces, pero creo que el resultado amplifica el objetivo inicial hasta límites insospechados y entran en el terreno de la sensibilidad y emoción, terrenos tan personales como tan dificiles de "tocar".