En fin, volvemos al "pretencionismo" propio de la influencia del señor Tarantino y aquí tenemos una película inacabada, editada a hachazos, gore y desagradable, cuyo principal atractivo parece que se halla en el extraño morbo que supuestamente rodea a los protagonistas, un chulesco y repelente héroe de carretera tejano y una presunta "buenorra" a la que le excita masacrar zombies con una metralleta enganchada al muñón de su no-pierna. Bastante de cómic, supongo. Pero lo cierto es que no entiendo este nuevo lenguaje de las pelis de acción, que parece que están hechas mal adrede y encima orgullosas de ello. Y además siempre homenajeándose a sí mismos estos dos, cosa que me pone de los nervios.