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España España · Madrid
Voto de jokinr:
8
Thriller Historia del atentado con coche bomba de ETA que mató a Carrero Blanco en diciembre de 1973. Tiempo atrás varios hombres que formaban un comando de ETA tenían una misión: secuestrar al almirante Carrero Blanco para intercambiarlo por presos políticos. Sin embargo, cuando estaban a punto de cumplir su objetivo, Carrero fue nombrado Presidente del Gobierno, y los planes cambiaron. Tiempo después, uno de los hombres de aquél comando sigue ... [+]
8 de junio de 2017
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobre el ascenso a los cielos del alma y del cuerpo de Luis Carrero Blanco el ingenio español ha creado una no corta lista de chistes y chascarrillos a cual más chispeante y gracioso. Para acceder a ellos basta solo con darse una vuelta por internet, a pesar de los patéticos esfuerzos del sistema judicial para escarmentar al personal eligiendo al azar a unas cuantas cabezas de turco. Sobre este acontecimiento histórico tan divertido (lo digo sólo por el hecho de que a la chavalería que estudiaba en los llamados por entonces colegios nacionales, a la cual yo a la sazón pertenecía, le dieron un par de días libres en cumplimiento del decreto de luto nacional, lo cual llenó a dicha chavalería de una gran dicha, y valga la redundancia), un cineasta italiano de esos que iban fastidiando a reaccionarios con sus películas (“Queimada”, “La batalla de Argel”, por ejemplo), decidió seguir tocando los bemoles a la fachería hispana (y con el tiempo, a todos los demócratas biempensantes de esta querida piel de toro) realizando la que probablemente sea la mejor cinta sobre ETA que jamás se haya visto hasta la fecha.
Hacer una peli en 1979 sobre ese gran marinero de altura (como hubiera dicho don Pío Baroja), seguramente era mucho menos arriesgado que hacerlo ahora, pues probablemente hoy le habrían enchironado (a Pontecorvo, quiero decir, no a don Luis, ni a don Pío). No hay que olvidar que la Audiencia Nacional considera al pobre émulo de Andrea Doria (me refiero al marino genovés, claro, y no a ninguna otra cosa que se pueda encontrar en Wikipedia) como una “víctima del terrorismo”, algo tan chocante como el hecho de que el sistema judicial checoslovaco hubiese decretado en su momento tal cosa respecto al señor Reinard Heydrich, quien como todo el mundo sabe destacó por su labor humanitaria en la patria de Franz Kafka. Pero los demócratas biempensantes son así y les gusta más la LEY (con mayúsculas) que a Aznar un pirulí, siempre y cuando la LEY (con mayúsculas) les beneficie.
Para no enrollarme mucho, no es que “Operación Ogro” sea una obra maestra pero sí conserva el buen tono, ritmo y dirección que Pontecorvo siempre dio a sus películas. Volonté, como es habitual, está muy bien, al igual que Poncela; hasta Ángela Molina parece ofrecer un buen trabajo (entre otras cosas porque está doblada) y toda la historia se vive con un gran interés hasta que llega el final, en el que todas las tensiones estallan, logrando un magnífico resultado, por cierto.
Concluyendo, un filme más que recomendable.
jokinr
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