"A veces hay que olvidarse de la razón y hacer lo que te sale de las pelotas."

Infravalorada película de Ridley Scott, director que por atreverse, lo hizo triunfando en diferentes géneros: drama, terror, ciencia ficción y acción. En "Black Rain" nos presenta una película de mafia japonesa, con una ambientación en Nueva York y Tokio bastante lograda, en donde la falsificación de billetes es el núcleo de la historia. Una pareja de policías americanos tendrán que escoltar hasta Japón a un peligroso delincuente que, nada más llegar, se les escapa. A partir de ahí, acompañados de un policía japonés, intentarán darle caza.

Lo repito, está infravalorada: ver a Michael Douglas desatado repartiendo leña por dondequiera que va es una gozada. Acompañado por un joven Andy García que cumple como personaje relamido y con dos dedos de frente, como la parte sensata de la pareja. Nick (Douglas) es un policía de los duros, de aquellos que tanto brillaban en los años ochenta, separado, amante del riesgo y bastante impulsivo. Chocará con una cultura oriental bien organizada y disciplinada y la transformación del personaje es algo de alabar. Masa (Takakura Ken) es el policía japonés encargado de acompañarles y es la visión del japonés medio, esa obsesión por el honor y por el orden, por la disciplina y el trabajo. Los villanos están también perfectamente diseñados demostrando la frialdad y siendo muy certeros en sus acciones.

Hay escenas realmente buenas: un inicio con carrera ilegal de motos junto al puente de Brooklyn, otra escena con motos en donde Charlie (Andy García) vuelve a "torear", la persecución final, la violencia en algunos momentos exacerbada... Bastante recomendable. Para mí, notable.