1940. Sí, este mágico cortometraje es de ese año. Hay lecturas profundas que sostienen que esta historia de menos de 10 minutos contiene la decimonónica explicación del binomio capitalismo-comunismo, que hasta en los colores puede sobreentenderse esa oscura dualidad. Yo me quedo con las ganas del ratón más famoso del mundo por hacerse con unos poderes que no estaban hechos para él, que le sobrepasaron en muchos sentidos. "El aprendiz de brujo" se nos presenta como una delicia para los sentidos (visualmente es hermoso y sonoramente es espléndido) y como una lección práctica de cómo hacer un cortometraje y lo importante que son las tomas de decisiones (el "asesinato" de la primera escoba materializado en un juego de colores y sombras es auténtico arte) en lo que se quiere mostrar.

Recomendable y obligatorio, diría yo, para personas de cualquier edad y de cualquier época. Porque viéndolo de nuevo en 2015 sigue resultando actual. ¿O no? Y es de 1940, no lo olviden.