Andar por la cuerda floja a través de las Torres Gemelas, convertidas en símbolo de la desgracia de nuestros días, es uno de los hitos de la historia moderna. La proeza llevada a cabo por Philippe Petit merecía ser narrada, como sucedió en "Man on wire" y llevada a la gran pantalla como este desafío (valga la redundancia) de Robert Zemeckis. Y así ha sido. Quizá la machacona y a veces abusiva voz en off que cuenta absolutamente todo lo que el espectador va encontrando desmejora el resultado final, pero los últimos treinta minutos merecen ser vistos. La planificación de ese "golpe", que se espacia a través de casi seis años, es digna de ser contada también, los posibles imprevistos, la manera de cruzar el cable, la sujeciones, los balanceos...

"El desafío" es un biopic que se eleva a las alturas pero que posee un toque de aburrimiento y/o sopor que en el primer tramo que desmerece el conjunto. Joseph Gordon-Levitt se eleva para pasear allí donde están las nubes mientras su personaje nos detalla incesantemente el paso posterior. Y eso es lo peor. Por lo demás, un recuerdo para esas dos majestuosas gigantes que coronaron el cielo de Nueva York hasta que el "parasiempre" tocó a su fin.