La directora zaragozana Paula Ortiz tras su ópera prima ‘De tu ventana a la mía’ realiza ahora una adaptación de la trágica y romántica obra de Federico García Lorca (1898-1936), Bodas de Sangre, tragedia en prosa y verso que el mítico poeta granadino realizó basándose en el suceso real del Crimen de Níjar (Almería) en 1928 en el hoy casi ruinoso Cortijo del Fraile (en la zona se rodaron los westerns ‘El bueno, el feo y el malo’ o ‘La muerte tenía un precio’ de Sergio Leone) y sobre el que también se escribió Puñal de claveles por la considerada primera mujer periodista profesional, Carmen de Burgos (1867-1932).

No es la primera vez que se realiza una adaptación al cine de Bodas de Sangre, ya que tanto en 1938 con Edmundo Guibourg y la actriz lorquiana por excelencia Margarita Xirgú, como en 1981 con el musical flamenco escrito y dirigido por el también aragonés Carlos Saura y protagonizado por Antonio Gades, Cristina Hoyos y Marisol ya se habían realizado sendas versiones, ninguna tan brillante como la que nos ocupa.

‘La novia’ es un viaje trágico/prodigioso con el que Paula Ortiz quiere rendir homenaje al autor granadino y a su vez emprender una senda mágica y singular junto a los espectadores, quienes si logran entrar en el tratamiento y en su narrativa harán una marcha inolvidable a través de 93 minutos de tragedia, amor reprimido, pasiones salvajes, viejos dolores y celos incontrolables. La autora ha demostrado en sus trabajos pretéritos (cortometrajes incluidos) su gusto por las cuidadas realizaciones y exquisitas puestas en escena, algo que imprime con mayor fuerza si cabe en este su último trabajo. En ‘La novia’ la potencia de las imágenes es desgarradora gracias al enorme trabajo de fotografía de Migue Amoedo (‘La habitación de Fermat’) y con quien ya había trabajado en ‘De tu ventana a la mía’. El montaje es excelente (sorprende su ausencia en los Goya) y me funciona particularmente aunque comprendo que haya quien que le pueda resultar controvertido por el uso de la cámara lenta o la introducción de flashbacks, ensoñaciones o incluso el desorden intencionado de la historia.

Si la fotografía desértica de los parajes de los Monegros o la Capadocia de Amoedo es muy notable como digo, no lo es menos el trabajo musical de Shigeru Umebayashi, quien conjuga a la perfección la pasión de su relato con el ardor de su partitura.

La belleza de la poesía de Lorca está implementada con atino y sutileza en el desarrollo del film, en las bocas de los intérpretes, en la dureza del paisaje, transmitiendo todo ello gracias a la notable habilidad de Ortiz en mostrar esa estimable sensación de divinidad en todo el film.

Si múltiples son las lindezas que se desprenden de su trabajo técnico no lo son menos las derivadas del trabajo actoral, sobre todo del trabajo femenino del casting. Inma Cuesta certifica su versatilidad y absoluta facilidad para capturar la emoción, la tristeza, el llanto, la represión. Una actriz a la que solamente la máxima competencia en su categoría le puede privar de levante su primer Goya y su primer Feroz en un trabajo superlativo donde expone su interior y su exterior por el bien de la prosa y verso de Lorca. Otra actriz que sobresale de manera imponente es la veterana actriz maña Luisa Gavasa, una actriz mayúscula siempre a la sombra y que ha ganado a golpe de escenario el tener una carrera que merece un pronto reconocimiento: Gavasa debería recibir todos los reconocimientos en la categoría de mejor actriz secundaria. Si todo son exquisiteces en el reparto femenino –por ahí aparecen también Leticia Dolera, Ana Fernández, Consuelo Trujillo o Manuela Vellés– el reparto masculino también está trabajado aunque un escalón por debajo. El duelo de hombres por el amor de la novia y que encabezan tanto el novio (Asier Etxeandía) como su amor platónico (Álex García) es intenso y tiene un desenlace quizás lastrado en parte por su preciosismo. Y es que se puede advertir que hay ciertas secuencias en las que están algo sobreactuados o levemente mal dirigidos. A pesar de ello me parece que realizan un interesante trabajo. Mención especial merece la presencia del malogrado actor asturiano Carlos Álvarez Novoa, ganador del Goya por ‘Solas’ y que nos abandonó al poco de terminar el rodaje de ‘La novia’, un actor que aborda el drama como gran presencia y que cargó de sentimiento aún más si cabe la promoción del film.

‘La novia’ es definitivamente la mejor película en capturar la esencia del poeta –con presencia de la luna, la mendiga, los puñales…– y una de las tres mejores propuestas de cine español del año en la que Paula Ortiz sienta cátedra. Solo queda usted para ubicarla donde corresponde: la cima.

Lo mejor: Inma Cuesta y Luisa Gavasa. La fotografía. El sonido de Lorca en labios de los protagonistas.
Lo peor: El reparto masculino está por debajo de la brillantez femenina.

Valoración:
Banda sonora: 8,5
Fotografía: 9
Interpretación: 9
Dirección: 10
Guion: 8,5
Satisfacción: 9
NOTA FINAL: 9

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