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Voto de Sergio Berbel:
7
Drama En la Bélgica actual, el destino del joven Ahmed, de apenas 13 años, se ha quedado atrapado entre los ideales de pureza del que le habla su imán y las pasiones de la vida. (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2023
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Junto con Ken Loach, los hermanos Dardenne son la conciencia social del cine europeo. Los cineastas belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne han conformado una filmografía absolutamente coherente en temática y estilo visual, seria y sólida, a través de historias de profundo calado social en torno al proletariado europeo y de un estilo visual cuasi-documental de cámara al hombro siguiendo a sus personajes, perdedores que caminan siempre al borde del abismo social permanente.

“El joven Ahmed” supone un acercamiento interesante al fenómeno de los jóvenes captados por los extremistas islámicos a través del imán de la mezquita. Las religiones apelan a la parte irracional del ser humano y llaman a algún tipo de radicalismo que acaba tratando de imponer su visión sobre las cosas al resto de “infieles”. Los fanáticos religiosos se acaban pareciendo sospechosamente entre ellos, independientemente de la religión que profesen. La doble moral de sus respectivos sacerdotes-imanes, también. Y eso nos muestra “El joven Ahmed”.

Porque Ahmed es un jovencísimo adolescente belga de 13 años que profesa el Islam y va sufriendo paulatinamente un proceso de radicalización a través del imán de su mezquita. Ahmed no tolera que su madre lleve la cabeza descubierta y consuma alcohol, que sus hermanas vistan con tirantes, se niega a darle la mano a su profesora por ser mujer, se siente llamado a imponer su fe a todos los que le rodean. En semejante empeño, y ante la resistencia de la profesora, Ahmed trata de atacarla y entonces comenzará un complejo camino por la parte oscura de los menores inadaptados.

En apenas 84 minutos de metraje (lo bueno, si breve, dos veces bueno), los hermanos Dardenne, que también firman el guión, nos muestran el terror que se oculta bajo los fanatismos religiosos que consiguen hacer mella en los jóvenes incautos e idealistas. Y ello retratado a través de una fotografía absolutamente realista y naturalista que firma Benoit Dervaux.

Ante semejante situación, nos advierten de forma lúcida y comprometida que el sistema no encuentra los recursos adecuados para encauzar a estos jóvenes que acaban pareciendo ser definitiva causa perdida.
Sergio Berbel
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