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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama. Romance Tal es una jovencita francesa que vive en Jerusalén con su familia. Tras la inmolación de un terrorista en un café del barrio donde vive, Tal escribe una carta a un palestino imaginario en la que le plantea preguntas y expresa su contundente rechazo al odio que hay entre los dos pueblos. Mete la carta en una botella y le pide a su hermano que la tire al mar cerca de Gaza, donde él cumple el servicio militar. Unas semanas más tarde, Tal ... [+]
25 de mayo de 2023
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Lo que hace el cineasta francés Thierry Binisti no tiene precio, ni cinematográfica ni políticamente. Harían falta muchas más “Una botella en el mar de Gaza” en este planeta para tomar conciencia de la necesidad de terminar con el conflicto más enquistado e injusto del planeta, el que desangra a Palestina ante Israel sin que nada pueda pararlo.

Ante tanta violencia y sinrazón, Binisti propone un canto al entendimiento entre los pueblos, pero no lo hace de una forma simplista o naif, sino a través de la cordura y la racionalidad y, por supuesto, a través del amor, de cualquier tipo de amor. El resultado es fantástico tanto en intenciones como en cine. Porque Thierry Binisti es consciente de que una adolescente francesa de origen judío viviendo con su familia en Jerusalén no es capaz de odiar sin conocerlo previamente a un adolescente palestino residente en Gaza, porque sabe que la fuerza y la ilusión de la juventud va a intentar empujar las fronteras del entendimiento, aunque sea imposible, aunque estén condenados al fracaso, pero… es propio de la juventud creer que se puede cambiar el mundo y los protagonistas de esta cinta tienen aún su fe intacta antes de que la vida se la derrumbe a base de golpes.

“Una botella en el mar de Gaza” comienza justo por ahí, con el lanzamiento de este objeto de vidrio al mar conteniendo la carta de una joven judía preguntando a quien recepcione la botella cómo es posible que alguien se inmole por cualquier causa, por muy justa que sea, tratando de entender qué pasa en la mente de un terrorista palestino. Esa botella llega a manos de un chico palestino en una playa de Gaza y… decide contestar a la dirección de email que aparece en la carta. A partir de ahí, van a comenzar a intercambiar correos electrónicos entre ellos y ya nada va a ser igual.

Puede parecer sencillo el planteamiento, pero funciona absolutamente y descabalga al espectador más comprometido con cualquiera de las dos causas apelando a la racionalidad y la sensibilidad que debe esconder el ser humano en algún rincón apartado y oscuro.

A pesar de la excelente dirección de Thierry Binisti, autor también de un guión portentoso adaptando la novela homónima de Valérie Zenatti, lo mejor de la película es la interpretación de su joven pareja protagonista: extraordinario Mahmud Shalaby pero, sobre todo y por encima de todo, de una excelsa Agathe Bonitzer como la chica judía que arroja la botella y que desarma a quien se acerque a la cinta con una interpretación medida, coherente, perfecta, sensible, justa y precisa, un alarde mucho más que notorio venido de una actriz francesa de trayectoria inapelable que logra hacer levitar a quien contemple el film.

Como actriz secundaria, destacar la presencia de la siempre solvente y necesaria Hiam Abbass como la madre del chico palestino. E igualmente compacta la dirección de fotografía de Laurent Brunet para una película maravillosa en intenciones y resultado.
Sergio Berbel
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